Estos últimos años, los eurodiputados andan un tanto desconcertados sobre la tributación de sus sueldos, aunque deberíamos llamarlos “sueldazos”, porque para algunos, con una décima parte de su sueldo serían los reyes del mambo.
Pongamos en antecedentes a nuestro lector de cuánto cobra un eurodiputado. Un eurodiputado gana la friolera cifra de 8.020 euros brutos mensuales, que después del 22% que le retiene la Unión Europea, pues desde 2009 sus sueldos corren a cargo de Bruselas, vienen a percibir unos 6.250 netos. Además, hay que sumar las dietas que perciben para cubrir los gastos que asumen durante el ejercicio de sus funciones, otros casi 4.300 euros al mes. Pero no queda ahí la cosa, pues aparte reciben dietas diarias de estancia de unos 300 euros que están exentos fiscalmente para pagar alojamiento y otros gastos cuando van a sesiones.
Veamos cual es la cuestión que ha llevado a los eurodiputados salir bien parados de la tributación española.
El problema salió a la luz cuando en 2010, los eurodiputados tenían que hacer su declaración de la renta, y a raíz del artículo 12 del reglamento interno, por el que se adjudica a cada Estado la facultad de que los sueldos tributen según las disposiciones del Derecho fiscal nacional.
Al parecer, el ex-eurodiputado José Manuel Garcia-Margallo y la ex-ministra Magdalena Álvarez debatieron sobre el tema y Hacienda no dejó en claro sobre la tributación. Ante este supuesto, algunos asesores de los eurodiputados advirtieron a los mismos de que debían de declarar el exceso del tipo correspondiente en España, 35%, y el 22% que ya le retenía la Unión Europea. Algunos de los eurodiputados españoles, se negaron a pagar este excedente pues consideraban que sus obligaciones tributarias estaban satisfechas con ese 22% cedido a la UE. Es decir, algunos de ellos, más de la mitad de los eurodiputados, se estaban ahorrando alrededor de unos 10.000 euros, frente a otros eurodiputados, que por ética o moral si ingresaron su excedente.
Pues bien, todo quedó ahí hasta que hace unas semanas le llegó una complementaria al eurodiputado Luis Yáñez-Barnuevo. En la misma, se le instaba a abonar ese diferencial que algunos de ellos se negaron a pagar en su momento y que ascendía a un total de 31.000 euros. Aunque no había sanción, pues el fisco consideraba que no obraba de mala fe. Como era de esperar, este eurodiputado interpuso un recurso pero de poco le sirvió, pues le fue desestimado.
Según ha confirmado en periódicos de tirada nacional, Luis Yáñez-Barnuevo optó por no tributar ya que tras una “consulta verbal” al Ministro Montoro y a Hacienda lo consideró oportuno.
Es cierto que no estamos hablando de un millar de ciudadanos que están evadiendo la fiscalidad ya que sólo hay 54 eurodiputados españoles, pero resulta sorprendente muchos de ellos se nieguen a tributar su sueldo en España no aportando nada a las arcas nacionales. Un poco de ética y moral señores. Esperemos esta complementaria al eurodiputado Luis Yáñez-Barnuevo no sea la última, sino la primera de todos aquellos que según la Administración “han obrado de buena fé”.
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