Cómo ahorrar dinero hoy con hábitos que sí funcionan

Cómo ahorrar dinero

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20/06/2025

Teniendo en cuenta la situación actual donde la inflación erosiona el poder adquisitivo y existe incertidumbre económica, ahorrar se convierte no solo en una necesidad, sino en una estrategia vital para la estabilidad financiera.

De esto habló con claridad Elizabeth Wakefield, asesora financiera y fundadora del método Finanzas Conscientes, en el último seminario de INEAF Hablando.

A lo largo de la sesión, Elizabeth abordó errores comunes, técnicas prácticas y herramientas digitales para que el ahorro no sea un acto esporádico, sino un hábito sostenible.

Su visión parte de un principio contundente: el ahorro no debe depender de lo que “sobra” al final del mes, sino planificarse desde el primer euro que entra.

El error de pensar a corto plazo, y cómo salir de ahí

Uno de los mayores obstáculos al ahorro, según Elizabeth, es la mentalidad cortoplacista. Solemos priorizar el disfrute inmediato, como un viaje, una cena, una compra impulsiva, sin pensar en el coste emocional y económico que implica no tener un colchón cuando surgen imprevistos.

La alternativa no es dejar de vivir, por supuesto que no, pero sí vivir con conciencia financiera, es decir, saber cuánto puedo gastar hoy para no comprometer mi tranquilidad mañana.

Esto se traduce en prácticas tan sencillas como automatizar un preahorro: separar una pequeña cantidad al principio del mes, y no al final. Aunque sean 10€, lo importante es crear el hábito.

Dato interesante: según el Banco de España, más del 35% de los hogares españoles no tiene capacidad para afrontar un gasto imprevisto de 1.000€ sin endeudarse.

Tener todo en una sola cuenta es como guardar los tenedores con las camisas

Otra clave que plantea Elizabeth es la organización. Gestionar todas las finanzas desde una sola cuenta bancaria puede generar descontrol.

Por eso propone una estrategia de compartimentación: diferentes cuentas (o “cajones”) para diferentes fines ya sean emergencias, metas a corto plazo, ocio o inversión.

Existen bancos 100% digitales sin comisiones que permiten crear subcuentas o etiquetar objetivos, facilitando esta estructura sin necesidad de múltiples entidades financieras.

Presupuesto: el GPS de tus finanzas

Tener un presupuesto mensual no es solo una herramienta de control, es una brújula. “Sin presupuesto, estás más perdido que un pulpo en un garaje”, bromeaba Elizabeth.

Con él, identificas excesos, como familias que descubren que gastan 1.000€ al mes en comida sin darse cuenta, y tomas decisiones informadas. Es también la única forma de definir cuánto puedes destinar al ahorro o a la inversión sin comprometer lo esencial.

Tip extra: Apps como Fintonic o Goin se sincronizan con tus cuentas y categorizan gastos automáticamente, ahorrando tiempo y aportando visibilidad.

4. ¿Ahorrar o invertir? Ambos, pero en su debido orden

Wakefield lo tiene claro, antes de invertir, hay que tener un ahorro de seguridad. Invertir sin fondo de emergencia es como construir una casa sin cimientos. Una avería, un despido o una urgencia médica pueden obligarte a liquidar inversiones en mal momento, generando pérdidas.

Un fondo de emergencia sólido equivale, al menos, a entre tres y seis meses de tus gastos fijos. A partir de ahí, el dinero que no necesitas a corto plazo, debe ponerse a trabajar.

Importante: tener dinero parado en el banco te hace perder valor. Con una inflación del 3%, 10.000 € pierden 300 € de poder adquisitivo en un año.

Superar los bloqueos mentales sobre el dinero

Uno de los puntos más inspiradores del seminario fue el análisis de las creencias limitantes. Frases como “yo no puedo ahorrar” o “el dinero es para los ricos” son patrones heredados que condicionan nuestras decisiones.

Elizabeth lo expresa con claridad: “El dinero es un amplificador. Si ya eres generoso, con dinero podrás serlo aún más. No cambia quién eres, potencia lo que ya eres.”

El primer paso, entonces, es cambiar la narrativa interna y entender que el dinero no es un fin, sino una herramienta.

Ahorrar no es renunciar, es priorizar

La clave no está en cuánto ganas, sino en cómo lo gestionas. Una persona con 1.200 € al mes puede ahorrar 20 €, y otra con 5.000 €, nada. Lo que marca la diferencia es la intención, la estructura y la constancia.

Tal como concluyó Elizabeth, “el hábito de ahorrar no debe depender de las circunstancias, sino construirse incluso en momentos difíciles”.

Y más ahora, cuando cuidar de nuestras finanzas personales se ha convertido en una forma real de cuidar de nuestra salud mental, nuestra estabilidad y nuestro futuro.

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