Esta semana ha estado llena de momentos bastante importantes, desde una derrota ante Chile, que deja a España fuera del Mundial de fútbol, pasando por el nombramiento del Rey Felipe VI, y acabando -el pasado viernes- con la aprobación del anteproyecto de ley que amplia la reforma del sistema tributario español.
Tras dos días de reflexión y dejando a los periódicos nacionales importantes la exclusiva de hacer las primeras críticas sobre la noticia, ya estamos a lunes y en INEAF entramos directos a evaluar la tan esperada reforma fiscal.
En el Consejo de Ministros que tuvo lugar el pasado viernes día 20 de junio se presentó una reforma justificada por los siguientes objetivos:
- Impulsar el crecimiento económico y la creación de empleo.
- Reducir los impuestos directos para las rentas medias y bajas estableciendo un sistema contributivo equilibrado con especial sensibilidad para las familias y personas discapacitadas.
- Fomento del ahorro a medio y largo plazo.
- Mejor de la competitividad y productividad de las empresas.
- Continuidad en la lucha contra el fraude.
Esto es lo que se quiere conseguir. Veamos las medidas establecidas para ello- Nos centraremos en la reforma de los dos impuestos mas afectados, IRPF y Sociedades.
Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas
A la vista de un clamor popular por un impuesto simple, el ejecutivo lo intenta, y reduce los siete tramos de gravamen actuales en la escala general, a cinco tramos incorporando una rebaja media del tipo del 12,5% para el año 2015.
- Primer Tramo: bases imponibles inferiores a 12.450 euros. Rebaja del 24,75% actual al 20% en 2015 y al 19% en 2016.
- Segundo Tramo: bases imponibles entre 12.450 y 20.200 euros tributarán al 25% en 2015 y al 24% en 2016.
- Tercer Tramo: bases imponibles entre 20.200 y 35.200 euros, el tipo impositivo se reduce al 31% en 2015 y al 30% en 2016.
- Cuarto Tramo: bases imponibles entre 35.200 y 60.000 euros, quedarán gravados al 39% en 2015 y al 37% en 2016.
- Quinto Tramo: bases imponibles superiores a 60.000 euros, tributarán al 47% en 2015 y al 45% en 2016.
Con esta nueva estructura y la bajada progresiva, vemos como el tipo mínimo se reducirá hasta un 19%, y el tipo máximo disminuirá del 52% actual al 45% en 2016 sin olvidarnos de que aquellas rentas inferiores a 12.000 euros anuales no tributarán por este impuesto pudiendo disponer de su sueldo íntegro a partir de 2015.
El resultado de dicha modificación, en palabras de la Vicepresidenta Soraya Saénz de Santamaría, se traduce en una rebaja media del 23,5% para contribuyentes con rentas inferiores a 24.000 euros anuales (el 72% de los declarantes), y del 31% para aquellos con rentas por debajo de los 18.000 euros.
Por otro lado en la parte del impuesto que trata de adecuarse a las circunstancias personales y familiares del contribuyente, el gobierno apuesta por unos beneficios sociales orientados a las familias con descendientes o ascendientes con dependencia o discapacidad incluyendo la categoría de familias numerosas para la obtención de una ayuda de 1.200 euros anuales análoga a la de madres con hijos trabajadoras.
En este sentido, también a petición popular, se aumentan los mínimos personales y familiares exentos cuya estructura es la siguiente:
- Por el primer hijo: de 1.836 a 2.400 euros (+ 564).
- Por el segundo hijo: de 2.040 a 2.700 euros (+ 660).
- Por el tercer hijo: de 3.672 a 4.000 euros (+ 328).
- Por el cuarto hijo y siguientes: de 4.182 a 4.500 euros (+ 318).
También aumenta otros mínimos en los siguientes conceptos:
- Mínimo por hijo menor de 3 años pasa de 2.244 euros a 2.800 euros.
- Mínimo por cuidado de ascendientes menores de 65 años o con discapacidad se incrementa de 918 a 1.150 euros.
- Mínimo por ascendientes mayores de 75 años se incrementa de 2.040 a 2.550 euros.
Hasta aquí podemos entender que dichas medidas buscan cumplir el segundo objetivo al principio mencionado para el establecimiento de un sistema contributivo equilibrado.
En la línea del fomento del ahorro, en la escala del impuesto vemos que se conserva el tercer tramo complementario pero reduciéndose los tipos durante 2015 y 2016 y modificando su progresividad.
- Primer tramo: hasta 6.000 euros se reduce del 21% actual al 20% en 2015 y el 19% en 2016.
- Segundo tramo: entre 6.000 y 50.000 euros, el tipo será del 22% en 2015 y 21% en 2016.
- Tercer tramo: mas de 50.000 euros, el tipo bajará hasta el 24% en 2015 y el 23% en 2016.
Impuesto sobre Sociedades
La alusión al otro impuesto directo por excelencia en nuestro sistema tributario es la encargada de cumplir los objetivos de mejora de competitividad de la empresa española, facilitando la creación de empleo a través de una bajada en su tributación.
El tipo de gravamen general se reducirá del 30% actual al 28% en 2015 y al 25% en 2016.
Para el caso de las PYMES se introduce un mecanismo que parece complicar su tributación en la búsqueda de la financiación propia de la empresa. En lugar de reducir progresivamente durante 2015 y 2016 el tipo impositivo del 25% al 20%, lo que hacen es introducir una reserva de nivelación y otra de capitalización.
- La dotación de la reserva de nivelación permitirá la deducción del 10% de la base imponible con el límite de un millón de euros cuyo exceso se compensará con bases negativas de los 5 años posteriores.
- La de capitalización consiste en otra deducción del 10% de la base imponible con el límite de hasta el 10% del beneficio que se destine al incremento de los fondos propios para el fomento de la autofinanciación empresarial.
Si se aplican dichas dotaciones el tipo se reducirá al 20%.
En lo que a emprendedores se refiere, se mantiene el tipo reducido del 15% para empresas de nueva creación en el primer ejercicio con base imponible positiva y el siguiente, donde los primeros 300.000 euros tributarán al 15% y la base imponible restante al 20%.
IVA. Impuesto sobre el Valor Añadido
El IVA como “prometieron”, no se ha tocado, pero si han cedido a las exigencias de Bruselas, donde se modificarán en algunos productos como los sanitarios.
Por otro lado salen a la luz un paquete de medidas puntuales contra el fraude fiscal que iremos definiendo en otras tribunas en la que comentaremos el efecto que está produciendo.
El Ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, asegura que esta reforma fiscal encaja perfectamente con el programa de estabilidad para el déficit público y contempla un crecimiento del PIB del 0,55% durante 2015 y 2016.
Es pronto para augurar un destino a dicha reforma. Otros blogs, periódicos digitales, la oposición del gobierno y otras fuerzas políticas, además de la organización profesional de inspectores de hacienda, ya han expresado su opinión negativa, afirmando que se queda corta, no solucionada nada, o en el último caso, que si no se produce la recuperación económica se pondría en peligro el objetivo del deficit.
No quiero dar una opinión precipitada, pero ahí van mis reflexiones.
1. El principal objetivo que el gobierno quiere conseguir es una mayor recaudación por la tributación indirecta y menor por la imposición directa de acuerdo con los modelos fiscales del resto de países de la Unión Europea.
2. De manera transitoria nuestro gobierno atendió a una subida del IRPF para frenar la recesión y sanear a costa del contribuyente las arcas públicas obteniendo margen mara endeudarnos y “rescatar” al banco malo. Cuando la economía se reactivase prometieron que bajaría dicho impuesto y así lo han hecho.
3. Con esto aumentaría la renta disponible del contribuyente sin bajar el IVA para fomentar el consumo y la inversión a corto plazo, y por otra parte el ahorro a medio y a largo, de manera que por un lado recaudaría vía indirecta y el ahorro supondría mayor capacidad económica para los bancos que comenzarían a prestar e inyectar dinero a través de la financiación.
4. Por otro lado, fomenta el crecimiento y competitividad empresarial rebajando el tipo de sociedades para una mayor facilidad en la contratación de empleo, y así tener más contribuyentes y menos demandantes de ayuda.
Parece un modelo claro con sucesiones lógicas, pero como siempre el banco malo enmaraña el asunto, lo oscurece y tira abajo cualquier motivación ya que la ignorancia del ciudadano y el fin lucrativo del banco nos han llevado a esta situación.
Esta alternativa es conservadora, primero me curo en salud mientras el ciudadano medio se carga de esfuerzo y después cuando se solucione todo intentamos volver a un sistema un poco mas justo.
La otra alternativa que no se si sería la solución, es por la vía reducción de impuestos.
1. Bajamos el IVA y el IRPF:
El contribuyente obtiene mayor renta disponible para poder afrontar sus deudas con el banco y además puede permitirse consumir porque baja el impuesto que grava el consumo. Esto implica que la empresa que vende un bien o presta un servicio ingresa más.
2. Bajamos el tipo medio de gravamen del Impuesto sobre Sociedades, poniendo especial interés en las deducciones que fomenten la creación de empleo y la inversión.
La empresa se ve alentada a la contratación y a la inversión, por lo que existen más contribuyentes y el tráfico comercial es mayor; por otro lado, obtienen mas rendimiento al tributar mas bajo, pudiendo volver a invertir y crecer.
Estos dos pasos hacen que la propia reactivación que se produce por inercia haga que los bancos puedan tapar su agujero y seguir inyectando dinero en la economía.
Estimados lectores, no dejan de ser teorías alternativistas que no se saben hacia que puerto iríann de llevarse a cabo puesto que precisamente no se han llegado a producir.
Mientras tanto sigamos con atención como se desarrolla la recién llegada reforma fiscal.
Deja un comentario