La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha anunciado que se llevará a cabo una reforma fiscal que garantice la equidad y la financiación de los servicios públicos, aunque no de forma inmediata.
Cuando finalizó la reunión del Consejo de Ministros, la vicepresidenta dijo que el sistema tributario español había sufrido numerosas reformas fiscales “parciales” y que necesitaba un análisis profundo y una posterior reforma completa.
El reordenamiento del sistema tributario es muy amplio y traerá consigo un esfuerzo arduo y, seguramente, ingrato.
La tarea de subir los impuestos, por parte del actual Gobierno, no ha sido una decisión “agradable”, afirma la vicepresidenta, pero el déficit que se encontró el PP, les obligo a ello.
La vicepresidenta ha acordado con Mariano Rajoy que “corregirán algunas de estas subidas, especialmente la del IRPF, en cuanto sea posible”.
Una de las cuestiones a analizar en este todavía proyecto de reforma fiscal, es el tratamiento del IRPF para ganar competitividad y también las regulaciones de las cotizaciones sociales.
En este contexto, Bruselas ha recomendado a España que no se “relaje”, a pesar de haber aumentado el margen de cumplimiento de los objetivos de déficit, y seguir actuando consecuentemente para alcanzar la consolidación fiscal.
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