Protege tus derechos de autor en internet y evita riesgos legales

Derechos de autor en internet

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12/05/2025

Internet ha cambiado muchas cosas, pero si hay algo que sigue sin estar del todo claro para muchas personas (incluso en el mundo profesional) es qué se puede hacer, y qué no, con el contenido que circula por la red, es decir, el derecho de autor en internet.

¿Puedo usar una foto de Google en mi web? ¿Qué pasa si uso una canción en un vídeo de Instagram? ¿Y si una inteligencia artificial me genera una imagen o un texto, eso es mío?

Para arrojar algo de luz sobre este laberinto legal, en INEAF Hablando hemos charlado con Nacho Alba, abogado especializado en derechos de autor y nuevas tecnologías, que no solo domina la teoría, sino que vive estos temas de cerca, también como creador.

Derechos de autor en internet. Lo básico: ¿qué protege el derecho de autor?

Aunque a veces se habla de copyright, propiedad intelectual o propiedad industrial como si fueran lo mismo, no lo son. En España, cuando hablamos de derechos de autor, nos referimos a lo que protege la creación original de una persona: una canción, un libro, un guion, un dibujo, un programa de ordenador…

Esos derechos se dividen, básicamente, como nos explica Nacho, en tres grupos:

  • Los derechos exclusivos, que permiten al autor decidir si se puede o no usar su obra: copiarla, publicarla, transformarla…
  • Los derechos de remuneración, como el famoso (y poco comprendido) “canon digital”.
  • Los derechos morales, que aseguran cosas como que se reconozca al autor o que no se manipule su obra sin permiso.

¿Y qué pasa con el copyright o la propiedad industrial?

“Copyright” es el término anglosajón, muy común en EE.UU. o Reino Unido, pero con diferencias importantes respecto a nuestra normativa. En paralelo, la propiedad industrial cubre cosas distintas: marcas, patentes, diseños industriales…

Un ejemplo muy ilustrativo que aporta Nacho es el de Spiderman. El personaje, como ilustración, estaría protegido por propiedad intelectual.

Pero su nombre y logo también están registrados como marca. Son dos protecciones distintas, aunque convivientes.

Entonces… ¿todo lo que se crea está automáticamente protegido?

No del todo. Para que una obra tenga protección legal, tienen que cumplirse tres condiciones:

  1. Debe ser original, es decir, tener un mínimo de creatividad o impronta personal.
  2. Tiene que estar plasmada en un soporte tangible: un archivo, una partitura, un documento…
  3. Debe haber sido creada por una persona física. Y aquí es donde empieza el lío con la inteligencia artificial.

¿Qué pasa con las obras creadas por IA?

Esta es la pregunta del millón hoy en día, en el ámbito de los derechos de autor en internet. Según Nacho, el problema está en que, de momento, una inteligencia artificial no puede ser considerada autora legal de nada. Y si tú usas una IA para generar un texto o una imagen sin controlar el resultado, tampoco se te reconoce como autor.

Un caso curioso (y bastante ilustrativo): el famoso “selfie del mono”. Un fotógrafo dejó su cámara al alcance de un primate, este pulsó el disparador, y nació una foto viral. ¿El problema? Al no haber sido tomada por una persona, no se puede reclamar ningún derecho de autor sobre ella.

Con las IA generativas, como Midjourney o ChatGPT, ocurre algo parecido: tú das una instrucción, pero quien decide qué se genera no eres tú, sino el algoritmo.

¿Cómo se protege entonces el contenido?

Aunque no es obligatorio, registrar una obra ayuda muchísimo si en el futuro surge un conflicto. El registro de propiedad intelectual es una opción sólida, aunque también hay vías más rápidas o económicas, como servicios privados tipo Safe Creative, actas notariales, o plataformas de sellado de tiempo para contenido web.

Además, hay herramientas que pueden generar evidencias jurídicas válidas de lo publicado en tu web o redes. Esto puede marcar la diferencia si algún día tienes que demostrar quién creó qué… y cuándo.

¿Y si uso una imagen de internet en mi web?

Mal asunto, si no tienes licencia. Según Nacho, este es uno de los errores más frecuentes entre empresas, coger imágenes de Google sin pensar en derechos. Muchas veces, las agencias titulares dejan que pase el tiempo y luego reclaman indemnizaciones mucho mayores.

El consejo es claro: si no tienes certeza de que puedes usar un contenido, mejor no lo hagas. O busca alternativas bajo licencias abiertas, como las Creative Commons, que permiten su uso sin pagar, siempre que se cumplan ciertas condiciones (como citar al autor o no modificar la obra).

¿Y en redes sociales?

Aquí entra un terreno pantanoso. Las plataformas como Instagram diferencian entre uso personal y empresarial. Si una empresa usa una canción en una campaña o un reel para promocionar productos, necesita permiso del autor, incluso aunque la música esté en la biblioteca integrada.

Nacho lo ha vivido en carne propia ya que su grupo musical descubrió que una empresa de suplementos usaba una de sus canciones en su Instagram sin permiso. ¿Resultado? Reclamación legal por vulneración de derechos de autor… y también de derechos morales.

¿Se está adaptando la ley a la inteligencia artificial?

Poco a poco. De hecho, se prevé una reforma de la ley de propiedad intelectual para 2025, especialmente por el impacto de la IA. Uno de los casos que está marcando tendencia es el del New York Times contra OpenAI. El periódico estadounidense acusa a la empresa de haber entrenado su modelo con millones de artículos sin permiso.

Algunos juristas ya hablan de crear un nuevo tipo de derecho de remuneración específico para contenidos utilizados por IA, similar al canon por copia privada. Y mientras tanto, Nacho recomienda incluir avisos legales claros y reservas de derechos en las páginas web, para dejar constancia de que tu contenido no puede ser utilizado sin consentimiento.

¿Y qué papel juegan las entidades de gestión?

Aunque a veces se las ve con recelo, entidades como SGAE, CEDRO o VEGAP son esenciales para muchos autores. Recaudan derechos, gestionan licencias y ayudan a localizar a los titulares si se quiere utilizar legalmente una obra.

Por ejemplo, si quieres usar una canción en un anuncio, estas entidades pueden indicarte a quién pedir permiso y cómo tratar correctamente el derecho de autor en internet.

Protege lo tuyo y respeta lo ajeno

Esta sería la idea que podríamos extraer de esta charla. Y es que el mensaje de fondo que deja Nacho Alba es claro: los derechos de autor no son solo un escudo cultural, también son un valor empresarial, por lo que proteger tus contenidos es proteger tus activos.

Pero también debes ser responsable y no utilizar materiales ajenos sin autorización.

Porque sí, en internet parece que todo está al alcance de un clic. Pero el derecho no se suspende por estar en la red.

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Puedes ver el video completo aquí:

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