Los delitos cibernéticos son toda acción ilícita cometida mediante tecnología o sistemas informáticos. Estos delitos incluyen accesos no autorizados, robo de datos, fraudes en internet, ataques a dispositivos y cualquier conducta ilegal en el entorno digital.
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¿Qué son los delitos cibernéticos?
En España, los delitos cibernéticos o informáticos están regulados en el Código Penal. No están todos en un único bloque, sino repartidos por varios de sus títulos.
Los delitos cibernéticos se producen cuando una persona utiliza ordenadores, redes o sistemas tecnológicos para cometer una acción ilícita. No importa si el daño recae en un particular, en una empresa o en una institución pública: lo relevante es que la tecnología es el medio esencial para ejecutar el hecho.
Los ejemplos más frecuentes incluyen:
- Acceso indebido a bases de datos con información privada.
- Ataques a ordenadores o móviles para bloquearlos o robar información.
- Estafas digitales, como engaños en compras online o fraudes bancarios.
- Delitos contra la intimidad, como difundir imágenes sin consentimiento.
En los últimos años, el Observatorio Español de Delitos Informáticos (OEDI) ha alertado del aumento de estos delitos, impulsados por el crecimiento de las redes sociales, la banca online y el comercio electrónico.
¿Cuándo es la informática un instrumento en la comisión de un delito cibernético?
La informática no solo es un medio de comunicación, sino que también puede ser el arma principal del delito. Se considera que la tecnología es un instrumento delictivo cuando cumple alguno de estos supuestos:
- Acceso sin permiso a información privada o uso fraudulento de datos personales.
- Instalación de programas maliciosos con el fin de robar o destruir archivos.
- Alteración de registros electrónicos en empresas o instituciones.
- Uso indebido de programas informáticos de otra persona para obtener beneficios.
- Interferencia en la intimidad mediante espionaje digital o vigilancia sin autorización.
En todos estos casos, el delincuente se aprovecha de la vulnerabilidad tecnológica de los sistemas. Cuanto más conectados están los usuarios, mayor es la exposición a estos riesgos.
¿Qué clases de delitos cibernéticos existen?
Los delitos cibernéticos son muy diversos. En España, se clasifican en varias categorías según su finalidad:
a) Delitos contra la identidad
- Phishing: correos o mensajes que imitan a entidades legítimas para engañar al usuario y robar claves de acceso o datos bancarios.
- Pharming: manipulación de servidores DNS que redirigen a páginas falsas, idénticas a las reales.
- Robo de identidad: utilización de datos personales de otra persona para pedir créditos, hacer compras o cometer fraudes.
b) Delitos vinculados a programas o sistemas
- Malware: programas que se instalan en el ordenador sin permiso y roban datos o controlan el dispositivo.
- Hacking: acceso no autorizado a redes sociales, correos o sistemas de empresas.
- Exploit: programas que aprovechan errores en otros sistemas para entrar y obtener beneficios.
- Ransomware: secuestro de datos con exigencia de un rescate económico.
c) Estafas y engaños digitales
- Compras falsas online: webs o vendedores que cobran por un producto que nunca envían.
- Hoax o bulos digitales: mensajes engañosos que circulan masivamente, captando correos electrónicos para spam o ataques.
- Fraudes de inversión online: páginas que prometen rentabilidades falsas y desaparecen tras recibir el dinero.
d) Otros delitos graves
- Ciberacoso: hostigamiento a menores o adultos mediante redes sociales, correos o mensajería instantánea.
- Extorsión digital: chantajes que amenazan con publicar datos o imágenes privadas si no se paga.
- Delitos contra la propiedad intelectual: descargas o distribución ilegal de contenido protegido.
- Pornografía infantil y material de abuso: uno de los delitos más perseguidos en España por su gravedad.
Según un estudio de la ONU, más del 75% de la ciberdelincuencia mundial está vinculada a la delincuencia organizada, lo que explica la dificultad para investigar y detener a los responsables.
¿Cómo denunciar los delitos cibernéticos en España?
Denunciar es fundamental para activar la investigación y proteger a la víctima. En España, el procedimiento incluye:
- Recopilar pruebas: guardar capturas de pantalla, correos electrónicos, mensajes, direcciones IP y cualquier rastro digital.
- Denunciar en la Policía Nacional o Guardia Civil: ambos cuerpos cuentan con brigadas especializadas en ciberdelincuencia. La denuncia puede hacerse en comisaría, cuartel o a través de sus páginas web.
- Usar la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI): dependiente del INCIBE, ofrece orientación y formularios de contacto para víctimas.
- Consultar a un abogado especializado: contar con asesoría legal permite reclamar daños y ejercer acciones civiles y penales.
- Avisar a bancos o proveedores digitales: en fraudes económicos, es esencial notificar de inmediato a la entidad bancaria o a la plataforma implicada.
La denuncia rápida aumenta las posibilidades de éxito en la investigación. En muchos casos, los ciberdelitos dejan rastros digitales que pueden ser seguidos si se actúa a tiempo.
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Protégete contra los delitos informáticos
La mejor defensa frente a los ciberdelitos es la prevención digital. Algunas recomendaciones básicas son:
- Mantén programas y sistemas actualizados para cerrar vulnerabilidades.
- Crea contraseñas seguras y cámbialas con frecuencia.
- Activa la verificación en dos pasos en cuentas bancarias, correo y redes sociales.
- No abras enlaces ni descargues archivos de remitentes desconocidos.
- Evita conectarte a redes Wifi públicas para operaciones sensibles.
- Utiliza antivirus y firewalls de confianza.
- Revisa regularmente tus cuentas bancarias y activa alertas de seguridad.
- Educa a menores y familiares sobre los riesgos de compartir información en redes.
El mundo digital es útil y necesario, pero también implica riesgos. La información, la precaución y la denuncia inmediata son las tres herramientas más efectivas para reducir la vulnerabilidad frente a los ciberdelincuentes.






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