Contabilidad Creativa: ¿Qué es y cómo llevarla a cabo?

contabilidad creativa

Cuando oímos hablar de contabilidad creativa es quizás inevitable pensar en algún tipo fraude o manipulación contable. Si alguna sociedad decide “modificar” sus datos contables será porque quiere esconder algo y normalmente será ante la Agencia Tributaria. De hecho, muchas de las quiebras producidas en la crisis financiera de comienzos de este siglo tienen detrás la contabilidad creativa.

Sin embargo, el concepto de contabilidad creativa no tiene por qué asimilarse al delito. La flexibilidad que permite la contabilidad en algunas de sus normas de valoración hace posible diferentes interpretaciones subjetivas de la misma. Esto es, al menos, lo argumentación para justificar una contabilidad creativa sin salirnos de los ámbitos legales.

El margen de interpretación que, como comentamos, establece el Plan Contable en algún caso permite la creatividad de la contabilidad. Siempre dentro de la legalidad, unos mismos hechos se pueden presentar de una manera u otra atendiendo a las necesidades de la empresa. Hablamos de ajustes pequeños que no tienen por qué modificar la imagen fiel de la sociedad, pero somos conscientes de que en otras ocasiones estos ajustes llevan detrás una maquinaria compleja con el fin de maquillar la realidad que pueden desembocar en verdaderas estafas.

¿Qué es la contabilidad creativa?

Partimos del hecho de que el término quizás no sea el más adecuado. Cuando hablamos de contabilidad creativa hablamos de una serie de técnicas contables que se utilizan (de manera legal) para modificar los resultados de la sociedad o el patrimonio de la misma.

El motivo fundamental de la contabilidad creativa es presentar datos más atractivos al mercado, a los socios, a los empleados, a entidades financieras o a la Administración.

Debemos resaltar que la contabilidad creativa siempre pretende modificar algunos datos contables, pero no fiscales. La idea es que las modificaciones realizadas no supongan un delito frente a Hacienda. En este sentido debemos recordar la diferencia que existe entre algunos criterios contables y fiscales.

Si se pretende aprovechar vacíos en la norma legal y distorsionar las cuentas anuales de una manera engañosa, no estaríamos hablando de contabilidad creativa sino de manipulación contable. Es cierto que la línea que puede dividir la contabilidad creativa de la manipulación contable a veces no se distingue. En este sentido, en ocasiones no hay diferencia y a cualquier tipo de modificación de los estados financieros se le considera una práctica poco ética.

Modificación del resultado con la contabilidad creativa

La necesidad de presentar un resultado diferente al real puede deberse a multitud de motivos.

  • Modificar el resultado para que este sea mejor al real. Es lógicamente el caso mas usual y tiene como objetivo dar una mejor imagen de cara al exterior. Esto puede ser interesante a la hora de buscar financiación o de buscar la entrada de nuevos socios. Este maquillaje tendrá sentido si hay resultados buenos, aunque no sean del año en cuestión.
  • Modificar el resultado para que sea peor al real. Suele hacerse cuando no se desea hacer un reparto concreto a los socios o cuando se busca mostrar un crecimiento posterior más acelerado. También ocurre entre sociedades filiales o cuando se han cubierto ya los objetivos de un año y se guarda el “sobrante” para años peores.

Formas de conseguir una contabilidad creativa

Como comentamos, hay algunas normas que nos dejan cierto margen para actuar. Comentamos algunas:

  • Amortizaciones. Contablemente su reglamentación es muy escueta pues nos permiten amortizar el inmovilizada norma dos de registro y valoración.
  • Correcciones valorativas. Las dotaciones de correcciones valorativas  de existencias, o de inmovilizado o de posibles insolvencias, en muchas ocasiones, dependerá del criterio del contable. A la hora de determinar el valor razonable de las existencias es posible que no todos entiendan el mismo. O, por ejemplo, a la hora de considerar un cliente como posible moroso también.
  • Provisiones. La norma 15ª de Registro y Valoración es también muy flexible. Dependiendo de nuestro criterio más o menos optimista dotaremos o no una provisión
  • Pecios entre empresas filiales
  • Valoración de las existencias. Se permiten los métodos Fifo y PMP y sus resultados no son iguales.
  • Revalorización de activos. Es la sociedad la que decide si acogerse o no a la posible ley de actualización de balances.
  • Activos financieros. Depende en la categoría en que se incluyan sus aumentos o pérdidas de valor irán al resultado del ejercicio o al patrimonio neto.
  • Activación de gastos de investigación y desarrollo. Los criterios para activar los gastos de I+D+I los establece la norma y son interpretables. Nos habla de conseguir un éxito técnico y que el proyecto sea rentable.
  • Valoración de los activos. En el inmovilizado, por ejemplo, se deben incluir los gastos necesarios para su puesta en marcha. A veces, algunos de estos gastos son también interpretables.
  • Gastos de reparaciones y conservación que se pueden considerar como gasto del ejercicio o como inmovilizado si cumplen ciertos requisitos algo ambiguos.
  • La definición de gasto o ingreso excepcional no es clara y se pueden generar de forma algo subjetiva.
  • Reclasificación de partidas para modificar el peso de cada masa patrimonial. Podemos incluir proveedores a largo plazo cuando son a corto para tener un margen de solvencia mayor.

Conclusión

La contabilidad creativa no tiene por qué suponer un fraude siempre que la hagamos dentro de los límites legales. Estos límites los encontramos en determinadas normas de valoración que lo pueden permitir por su flexibilidad. En muchas ocasiones la contabilidad creativa tiene la ventaja de permitir presentar a lo largo del tiempo unos resultados más uniformes.  Esto supone una mayor estabilidad, tanto de las empresas, como de los mercados financieros dando una imagen más sostenible para posibles inversores. No se producen grandes oscilaciones entre los resultados de un año para otro y da una idea mayor de seguridad.

Sin embargo, la línea que separa este pequeño “maquillaje” con el fraude es delgada y se debe andar con cuidado. La contabilidad creativa es un arma de doble filo. Es posible que en determinados momentos nos permita presentar mejores resultados y sacar provecho de ello. Pero a la larga y si no tenemos cuidado puede suponer un enredo del que sea difícil salir y tener consecuencias desastrosas para la sociedad.

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