Descubre la quiebra técnica o contable

Quiebra contable

Desgraciadamente en los últimos años la expresión “quiebra contable” en muchas empresas ha sido la protagonista. Primero fue la crisis financiera que comenzara allá por el año 2008 y cuando parecía que salimos de ella llegó la pandemia terminando de liquidar a algunas empresas que había podido sobrevivir.

La quiebra contable se puede entender como la situación en la que una sociedad no puede atender sus obligaciones de pago con proveedores y acreedores aun contando con todos sus recursos económicos. La quiebra está regulada en el Código de Comercio y va ligada al concurso de acreedores en el que se estudia la liquidación del patrimonio del quebrado para ver si es posible que atienda, al menos en parte, a sus obligaciones de pago.

Quiebra contable o quiebra técnica

Contablemente se entiende que una sociedad está en quiebra técnica o quiebra contable cuando su patrimonio neto es negativo. Esto significa que el importe total del pasivo de la empresa es superior al importe de su activo, es decir, la sociedad aun contando con todo su activo no va a poder cumplir con sus obligaciones de pago de deudas. Es, junto a la suspensión de pagos, una de las situaciones de desequilibrio de la sociedad.

El equilibrio patrimonial se logra cuando existe una correlación entre la estructura económica de la empresa (activo) y su estructura financiera (patrimonio neto y pasivo). Nos podemos encontrar con cuatro situaciones

  • Máxima estabilidad. Si la totalidad de nuestro activo está financiado con recursos a largo plazo, es decir, con el Patrimonio Neto y el Pasivo no corriente.

Máxima Estabilidad

Activo = Patrimonio Neto + Pasivo no corriente

  • Situación de equilibrio. Se denomina también situación de normalidad y se da cuando el Activo a corto plazo supera al pasivo a corto plazo.

Equilibrio Patrimonial

Activo Corriente > Pasivo Corriente

  • Situación de desequilibrio. La sociedad se encuentra en desequilibrio cuando la cifra de su activo corriente está por debajo de la de su pasivo corriente y tendrá dificultades para realizar los pagos a corto plazo.

Este desequilibrio puede ser más o menos grave y suponer una falta de liquidez solo a corto plazo (lo que puede suponer la suspensión de pagos de la empresa) o una falta de solvencia a más largo plazo, que puede terminar incluso en la quiebra.

 a) Suspensión de pagos: cuando el activo corriente no es capaz de superar al pasivo corriente de la empresa.

Suspensión de Pagos

Activo corriente < Pasivo Corriente

 b) Quiebra: La cosa se agrava cuando aun haciendo líquido todo su activo, tanto corriente como no corriente, no es posible el pago de las deudas que vencen de inmediato a la seguridad social, proveedores, acreedores, hacienda, empleados, etc.…

Quiebra

Activo Total < Pasivo Total

En este caso se supone que tenemos un patrimonio neto negativo

Quiebra contable y Concurso de Acreedores

Es posible que una empresa se encuentre en una situación de insolvencia, pero solo de manera provisional. En este caso se establecen varios mecanismos para garantizar el pago a los acreedores. Entre ellos puede estar el aumento del capital de la sociedad, la realización de activos o los acuerdos preconcursales.

Si estas opciones no consiguen que la sociedad pueda pagar lo que debe y la insolvencia se considera definitiva, en nuestro país, se exige a la sociedad solicitar el concurso de acreedores. El deudor cuenta con dos meses para solicitar este estado desde el momento en que se considere la insolvencia. Este procedimiento viene regulado en la Ley Concursal y su objetivo es poder renegociar la deuda que la sociedad mantiene con sus acreedores para poder atenderlos sin necesidad de liquidar la empresa.

Deberá remitir toda la documentación solicitada por el juez para que este, una vez analizada decida si dictar un auto declarando el concurso de acreedores. Se tratará de encontrar un acuerdo con los acreedores y, en caso de no llegarse, se liquidará el patrimonio de la sociedad.

Mientras dure el poseso concursal los acreedores n o podrán emprender acciones legales contra la sociedad

 No se debe confundir la suspensión de pagos con la quiebra técnica. En la suspensión de pagos aún es posible que la empresa sobreviva a través de refinanciaciones y otros mecanismos. Sin embargo, en la quiebra técnica no se contempla la posibilidad de recuperación.

Clases de Quiebras

Las garantías de cobro de los acreedores van a depender del motivo por el cual la sociedad ha quebrado. En este sentido se puede hablar de los siguientes tipos de quiebras o insolvencias:

  • Quiebra fortuita: los motivos que han llevado a esta situación pueden ser muy diversos, desde personales del quebrado o circunstancias del mercado. Se considera que ha sido motivada por causas impredecibles e imprevisibles y que la empresa puede justificar que ha hecho todo lo posible para evitarla y que su gestión contable y mercantil ha sido correcta.
  • Quiebra culpable. A diferencia del caso anterior, el motivo de las pérdidas vienen por casos como pérdidas de juego, apuestas, compras y ventas cuantiosas con objeto de aumentar la quiebra. Hablamos de quiebra por negligencia o por falta de prudencia.
  • Quiebra fraudulenta: en este caso la pérdida está ocasionada por actos dolosos del empresario como, la empresa no paga a sus acreedores y proveedores sin ningún tipo de justificación, no ha llevado libros de contabilidad, se ha producido alzamiento de bienes. Se entiende en este caso que la operación era una estafa desde el momento inicial. Si los acreedores pueden demostrar esta situación podrán solicitar la recuperación de su inversión o deuda más una posible indemnización.

¿Se puede evitar la quiebra en las empresas?

Si la respuesta a esta pregunta fuese sencilla, probablemente este artículo no habría tenido sentido. Hemos comentado cómo se detecta contablemente la quiebra de una empresa, cómo actuar en caso de insolvencia, pero lo más interesante cómo hacer para no llegar a esta situación. Aunque no hay una receta mágica, es cierto que se pueden seguir una serie de pautas para tratar de evitarla, tal como comentamos en nuestro Máster en Derecho Mercantil y Contabilidad de Sociedades:

  • Controlar la situación bancaria en cada momento. No reservar la conciliación para el cierre del ejercicio sino hacer de ella una obligación diaria.
  • Realizar informes sobre la situación económica y financiera de la sociedad con periodicidad para ver su posible desequilibrio.
  • Controlar las posibles tensiones de tesorería y evitar tener recursos ociosos.
  • Establecer una comunicación efectiva entre los departamentos de operaciones, financiero y comercial.
  • Establecer un equilibrio lógico entre el periodo de pago a proveedores y el de cobro de clientes.
  • Detectar de manera rápida las primeras señales de que algo no va bien. Si tenemos un descenso rápido de clientes o una falta de liquidez actuar cuanto antes.
  • No cerrarnos a un tipo de negocio que puede quedar obsoleto. Se debe detectar donde está ahora el negocio e innovar para atender las necesidades actuales que pide el mercado.
  • Analizar posibles activos ociosos como existencias que no tienen salida en el almacén, o locales poco rentables.
  • Evitar gasto como elevadas dietas, elevadas comisiones, etc
  • Apostar por el teletrabajo. Esto supone un ahorro para la empresa a la vez que puede ser un aliciente para los trabajadores.
  • Estudiar la competencia.
  • Contar con un plan de negocio actualizado, viable y de futuro.
  • Planificar bien los gastos de publicidad y marketing
  • No buscar ganancias rápidas. La mayoría de las empresas que quiebran lo hacen antes de cumplir sus tres primeros años de existencia.

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