La Triple Botton Line, que en español se traduce como “triple línea de fondo”, “triple línea de base” o “triple resultado”, es uno de los conceptos fundamentales al discutir la sostenibilidad en las organizaciones.
En concreto, utilizando la Triple Botton Line, evaluamos los tres pilares esenciales de una empresa u organización en cuanto a sostenibilidad: ambiental, social y económico.
¿Qué es Triple Bottom Line?
Se estableció en 1994 el concepto de Triple Bottom Line, Triple impacto, Triple Objetivo o Triple Balance, con el objetivo de determinar la sostenibilidad de una empresa mediante un proceso que incluye tres aspectos: lo económico, ambiental y social. Al incorporar estos tres componentes fundamentales en un único proyecto, se simplifica la formulación de estrategias para la implementación de la sostenibilidad en el ámbito empresarial.
Es decir, hace referencia al efecto que una empresa ejerce sobre tres elementos concretos. Las pruebas de esta puesta en marcha se manifiestan en los reportes de sostenibilidad de las empresas. Una compañía que logra un buen rendimiento en términos del triple resultado resulta en un aumento de su ganancia económica. Así como en su responsabilidad ecológica, y una reducción en sus características negativas.
Aspectos que cubre la triple línea de fondo
El Triple Bottom Line es crucial al discutir sobre sostenibilidad, sostenibilidad y Responsabilidad Social Empresarial, sus aspectos a valorar y evaluar son:
- Financiero: la ganancia de la compañía, que se mantenga estable y favorable.
- Familiar: que la compañía satisfaga los requerimientos de la sociedad (tanto interna como externa), que sea Socialmente Responsable.
- Ambiente: acciones orientadas a disminuir el efecto de la actividad de la empresa. Evaluar la responsabilidad ecológica.
En inglés, se conocen como las 3P de la sostenibilidad, el beneficio, los seres humanos y el planeta. En realidad, hoy en día este modelo es empleado por todas las organizaciones, ya sean privadas o públicas, incluso algunos gobiernos empiezan a establecer el Triple Bottom Line como un indicador esencial.
Beneficios de implementar el Triple Bottom Line
El beneficio principal siempre será el incremento automático en la reputación e imagen de una empresa, lo que, por consiguiente, atrae a nuevos consumidores.
- Incrementa la participación en el mercado y la facturación, además de la oportunidad de ingresar a nuevos mercados, potenciando la calidad, la competitividad y las relaciones con los clientes.
- Aumento de la eficacia en las operaciones, optimización del ánimo, productividad y creatividad de los trabajadores.
- Disminución de los gastos relacionados con materiales, energía, desechos, traslado y almacenaje. Disminución de sanciones, seguros y gastos de compensación a los empleados por incidentes de trabajo.
- Mayor atractivo para los inversionistas y posibilidad de obtener subvenciones gubernamentales.
- Disminución de los gastos operativos y del capital de inversión.
- Optimización de los datos accesibles para la toma de decisiones y los procesos de operación estables.
Situaciones donde la Triple Bottom Line es efectiva
La perspectiva del Triple Bottom Line (TBL) se ocupa de diversos desafíos sociales, económicos y medioambientales, entre ellos:
- Inequidad social: al considerar el impacto social como un componente esencial de sus actividades, las entidades pueden ayudar a disminuir la desigualdad al fomentar la igualdad de género, la diversidad y la inclusión en el entorno laboral, además de respaldar proyectos comunitarios.
- Destrucción del medio ambiente: incorporar aspectos ambientales en las decisiones corporativas puede contribuir a disminuir la degradación del medio ambiente al disminuir la huella de carbono, reducir la utilización de recursos naturales y fomentar prácticas de administración ambiental sustentables.
- Ausencia de claridad: el TBL promueve la transparencia al requerir que las entidades sean responsables de su rendimiento en ámbitos económicos, sociales y medioambientales, lo cual contribuye a incrementar la confianza y la credibilidad entre los interesados.
- Ausencia de compromiso: al incluir la responsabilidad social y ambiental en sus estrategias de negocio, las compañías pueden potenciar su desempeño moral y adoptar un rol más proactivo en la salvaguarda del medio ambiente y el progreso social.
- Disminución de la confianza: las entidades que pasan por alto las repercusiones sociales y ecológicas de sus actividades corren el peligro de perder la confianza de sus clientes, inversores y otros interesados, lo que podría impactar de manera adversa en su reputación a largo plazo.
En conclusión, el TBL trata una serie de problemas al fomentar una perspectiva integral que balancea los factores económicos, sociales y ambientales del rendimiento empresarial, lo que favorece un desarrollo más sustentable y justo.
¿Cómo medir su implementación?
A través de una matriz de resultados, conformada por tres columnas, una para cada valor de TBL, considerando los siguientes factores.
- Financieros: capital, incremento en las ganancias, incremento en las ganancias marginales, productividad, rentabilidad de la inversión, riesgos asumidos por la gerencia y evaluación de la compañía.
- Sociológicas: efecto social y comunitario, equidad de oportunidades, salud y protección en el trabajo, educación, reconocimiento social y pensiones de retiro.
- Ecológicos: energía, agua, materiales empleados, emisiones y desechos, productos y servicios novedosos, efecto en el sistema de vida y diseños de operación.
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