La ministra de Empleo y Seguridad social, Fátima Báñez, compareció el pasado día 1 de julio, destacando la importancia que tienen las entidades de Economía Social en el mercado laboral. Afirmó que el 80% de los trabajadores de Cooperativas y Sociedades Laborales tienen un contrato indefinido, y que en el último semestre de 2012, el número de empleados de estas entidades creció en 15.300 personas.
Debido a esto, la ministra ha anunciado el desarrollo de una “Ley de Economía Social” y un “Plan Nacional de Responsabilidad Social” para crear un marco favorable para el desarrollo de este tipo de entidades.
Efectivamente, y aludiendo a la referencia que hace Bañez sobre la flexibilidad interna que poseen las Cooperativas y Sociedades Laborales, estas pueden adaptarse mejor a los cambios o a situaciones de pérdida de demanda.
Esta adaptación puede darse porque no son sociedades mercantiles. Es decir, una sociedad mercantil busca el máximo beneficio al menor coste para sus socios, y dentro de un marco socialmente responsable con el consumidor y con sus trabajadores (al menos así debería ser) intenta ofrecer un servicio al cliente final, por lo que si no hay demanda, la sociedad no puede crecer y, por consiguiente, no puede emplear.
Sin embargo, en estas entidades todos los socios-trabajadores, buscan un bien común, ya sea en forma de trabajo, consumo, crédito etc., reportando la entidad un servicio auxiliar a sus componentes.
Por otro lado tanto cooperativas como sociedades laborales, tienen unos incentivos fiscales muy atractivos y beneficiosos, es el caso del 50% de deducción en la cuota íntegra del Impuesto Sobre Sociedades a un tipo del 20% en cooperativas relacionado con el fondo para la formación y promoción de empleo.
Es por ello por lo que, acorde a las declaraciones de la Ministra, defiendo este modelo de economía social, y apoyo el fomento de estas entidades. No obstante, insisto, recordando a los lectores que este tipo de sociedades no son mercantiles, por lo que no es recomendable que una sociedad que vaya a constituirse opte por esta forma jurídica por el mero hecho de beneficiarse de las subvenciones proporcionadas o los incentivos fiscales, ya que su fin mercantil no va a poder desarrollarse.
Con motivo de una buena noticia laboral doy mi enhorabuena al trabajo realizado por las cooperativas y sociedades laborales.
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