La conveniencia de las bonificaciones

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Las bonificaciones a la contratación son medidas de fomento creadas con una finalidad: incentivar el empleo e impulsar la economía. En época de crisis, las bonificaciobonificaciones - INEAFnes crecen en número, pero en épocas de bonanza no se ven reducidas. Ningún Gobierno se atreve a acabar con ellas.  Así el entramado de bonificaciones se está convirtiendo en un monstruo ingente de requisitos y exigencias  que no hacen más que provocar la desesperación de los empresarios. Cabe entonces plantearse la conveniencia de las bonificaciones, preguntarse dónde radica la razón de ser de las mismas.

En la actualidad nuestro ordenamiento laboral recoge 54 bonificaciones y 22 rebajas de cotizaciones a la Seguridad Social, según apuntaba el secretario de Estado de Seguridad Social, Tomas Burgos. Estas rebajas y bonificaciones buscan la igualdad real de ciertos colectivos y la creación de empleo. Ahora bien, se trata de un esquema que más que facilitar la contratación, la complica.

Desgraciadamente, las bonificaciones se están convirtiendo en instrumentos políticos, que hacen que la reputación del  partido del Gobierno pueda disminuir o aumentar. Crear y crear bonificaciones no tiene ningún fin más que el mediático, si luego a la hora de aplicarlas los requisitos son tan estrictos que se hace casi imposible su aplicación.

Por otro lado, ¿a qué empresas favorecen las bonificaciones? En la mayoría de los casos, los requisitos que se plantean exigen una estabilidad empresarial que en épocas como la que estamos viviendo, no tienen sentido. Por lo que si se quiere fomentar el empleo debería orientarse este tipo de bonificaciones para aquellos que quieren empezar, ya que de esta manera además se estaría apoyando la idea de esos emprendedores.

Uno de los puntos más controvertidos de las bonificaciones es su conveniencia desde el punto de vista de si al crear  un puesto de trabajo a través de esas condiciones le reporta al empresario un beneficio real. Es decir, en muchas ocasiones, para poder aplicar estas bonificaciones se requiere que el empresario se comprometa a tener a esa persona contratada durante un largo periodo de tiempo, ¿pero y si esa persona no es eficiente en su trabajo?

Nos aborda ahora una reflexión que se presenta como más lógica ¿no sería simplemente más sencillo hacer que gran parte de estas bonificaciones despareciese a cambio de una reducción de cuotas generalizada? No parece que la actitud de nuestro Gobierno sea simplificar este entramado cuando algunas de las últimas medidas ha sido una ayuda para la contratación de trabajadores fijos.

La realidad es que la razón de ser y la naturaleza de las bonificaciones se están deformando. Más que como instrumentos de creación de empleo, las bonificaciones están siendo usadas como instrumentos mediáticos de popularidad. No existen muchos datos que arrojen luz sobre la conveniencia de las bonificaciones por lo que  en nuestra mano está el reflexionar sobre el fin de este tipo de medidas y su efectividad.

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