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Las relaciones laborales entre empresa y trabajador se formalizan mediante la firma de un contrato de trabajo, un documento legal que regula los derechos y obligaciones de ambas partes.
Pero ¿qué tipos de contratos de trabajo existen en España y cómo se diferencian entre sí?
En esta guía te explicamos las modalidades contractuales vigentes según la legislación laboral actual, para que puedas identificar cuál se adapta mejor a cada situación profesional.
¿Cuáles son los tipos de contrato de trabajo en España?
Desde la entrada en vigor de la reforma laboral de 2021 (Real Decreto-ley 32/2021), el marco contractual español se ha simplificado y reforzado con el objetivo de reducir la temporalidad.
Actualmente, existen cuatro grandes tipos de contratos de trabajo:
- Contrato indefinido
- Contrato temporal
- Contrato formativo en alternancia
- Contrato formativo para la obtención de la práctica profesional
Cada modalidad responde a unas circunstancias específicas y está regulada por el Estatuto de los Trabajadores.
A continuación, analizamos cada una de los tipos de contratos de trabajo en detalle.
1. Contrato indefinido
El contrato indefinido es la forma ordinaria de contratación en España. Según el artículo 15.1 del Estatuto de los Trabajadores, todo contrato se presume concertado por tiempo indefinido salvo prueba en contrario.
El contrato indefinido se caracteriza por no establecer una fecha de finalización.
Permanece vigente mientras ninguna de las partes decida extinguirlo, conforme a los mecanismos previstos legalmente.
Puede formalizarse en distintas modalidades:
- A jornada completa (código 100)
- A jornada parcial (código 200)
- Fijo-discontinuo (código 300), para actividades estacionales o intermitentes.
Este contrato ofrece mayor estabilidad y mejores condiciones legales para la persona trabajadora.
2. Contrato temporal
También conocido como contrato de duración determinada, se establece por un tiempo limitado y solo puede utilizarse en dos casos concretos:
- Cuando se producen circunstancias de la producción, es decir, incrementos ocasionales o imprevisibles de la actividad de la empresa.
- Cuando se necesita sustituir a una persona trabajadora, por ejemplo, en situaciones de baja temporal, reserva de puesto o mientras se cubre provisionalmente una vacante.
Este tipo de contrato puede formalizarse tanto a jornada completa (código 402) como a jornada parcial (código 502).
Debe formalizarse por escrito, aunque podrá realizarse de forma verbal si su duración no supera las cuatro semanas y se desarrolla a jornada completa.
3. Contrato formativo en alternancia
El contrato formativo en alternancia se dirige a personas que estén cursando una formación reglada y tiene por finalidad compaginar la actividad laboral retribuida con los estudios.
Está regulado en el artículo 11.2 del Estatuto de los Trabajadores, y su objetivo es completar la formación académica con experiencia práctica, siempre vinculada al contenido educativo.
Es imprescindible que exista coordinación entre la entidad formadora y la empresa, y que las tareas asignadas estén directamente relacionadas con el itinerario formativo.
4. Contrato formativo para la obtención de la práctica profesional
Este contrato está destinado a personas que hayan completado recientemente sus estudios y busca facilitar la adquisición de experiencia profesional relacionada con la titulación obtenida.
Regulado en el artículo 11.3 del Estatuto de los Trabajadores, exige que:
- La empresa elabore un plan formativo individual, detallando las actividades y competencias a desarrollar.
- Se asigne un tutor/a con experiencia o formación adecuada para garantizar el cumplimiento de los objetivos formativos del contrato.
¿Por qué es importante conocer los tipos de contrato?
Entender las diferencias entre las modalidades contractuales permite a las empresas ajustarse a la legalidad y a los trabajadores defender sus derechos laborales.
Además, elegir el contrato adecuado mejora la eficiencia en los procesos de selección y contratación.
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