Green Skills, las competencias que buscarán las empresas en 2026

Green Skills

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24/11/2025

En 2026 muchas conversaciones de recursos humanos van a empezar igual:
“¿Qué sabe hacer este candidato para ayudarnos a ser más sostenibles?”

La presión regulatoria, los compromisos de descarbonización y las nuevas expectativas de clientes e inversores están haciendo que las Green Skills (habilidades verdes) pasen de ser “un plus” a convertirse en un requisito real en el mercado laboral. Por ello, la demanda de talento con competencias relacionadas con la sostenibilidad crece mucho más rápido que la oferta de profesionales preparados.

Pero, la buena noticia es que no hace falta ser ingeniero ambiental para desarrollar estas competencias. Las Green Skills se pueden aplicar desde finanzas, recursos humanos, logística, marketing, fiscalidad o asesoría empresarial.
Y quien empiece a construirlas desde ya tendrá una clara ventaja competitiva en los próximos años.

¿En qué consisten las green skills o habilidades verdes?

Cuando hablamos de green skills o habilidades verdes no nos referimos solo a saber de energías renovables o gestión de residuos. Hablamos del conjunto de conocimientos, capacidades, valores y actitudes que permiten a una persona:

  • Reducir el impacto ambiental de procesos, productos y servicios.
  • Tomar decisiones alineadas con la sostenibilidad del negocio.
  • Acompañar a la empresa en la transición hacia una economía baja en carbono y más eficiente en el uso de recursos.

Organismos como la OIT o el Banco Mundial resumen estas habilidades verdes como aquellas que permiten que la economía y la sociedad se desarrollen dentro de los límites del planeta.

En la práctica, las green skills combinan tres capas:

  • Capa técnica: entender conceptos como huella de carbono, eficiencia energética, consumo de agua, economía circular, gestión de residuos o eco-diseño de productos.
  • Capa de gestión: saber integrar la sostenibilidad en procesos de compra, logística, finanzas, fiscalidad, reporting o gestión de riesgos.
  • Capa de cultura y liderazgo: capacidad para promover prácticas sostenibles, sensibilizar a equipos, gestionar el cambio y alinear la estrategia ambiental con la estrategia de negocio.

Por eso, cuando te preguntan “qué son las habilidades verdes”, la respuesta no es solo técnica: son las competencias que te permiten tomar decisiones laborales con criterio ambiental, económico y social a la vez.

Ejemplos de habilidades verdes que debes dominar

Para que quede más claro, veamos algunos ejemplos de habilidades verdes que ya están marcando la diferencia tanto en procesos de selección como en promociones internas:

1. Pensamiento de ciclo de vida e impacto ambiental

Ser capaz de analizar el impacto ambiental de un producto o servicio desde que se diseña hasta que deja de usarse:
materias primas, transporte, uso de energía, generación de residuos, posibilidades de reutilización o reciclaje.

Este enfoque es especialmente necesario en sectores como industria, retail, construcción o alimentación.

2. Gestión de la eficiencia energética

Entender cómo se consume la energía en una organización, interpretar datos básicos, detectar ineficiencias y proponer mejoras (horarios, equipos, iluminación, aislamiento, etc.).
En muchas empresas, reducir unos puntos el consumo energético tiene un efecto directo en la cuenta de resultados.

3. Enfoque de economía circular

Pasar de “producir–usar–tirar” a modelos que alargan la vida útil de los recursos:

  • Reparación y reutilización.
  • Remanufactura y reciclaje.
  • Nuevos modelos de negocio (alquiler, pago por uso, segunda vida de productos…).

La economía circular se convierte así en una forma concreta de reducir costes y riesgos regulatorios.

4. Gestión de riesgos climáticos y normativos

Conocer cómo afectan al negocio las normas sobre emisiones, residuos, información no financiera o taxonomía verde europea, e identificar:

  • Riesgos: sanciones, pérdida de competitividad, dificultad de acceso a financiación.
  • Oportunidades: nuevos mercados, incentivos, mejora de reputación.

5. Integrar la sostenibilidad en el día a día

No basta con tener una política ambiental en la web. Las empresas buscan perfiles capaces de bajar la sostenibilidad al terreno y tomar decisiones concretas:

  • Selección de proveedores con criterios ESG.
  • Diseño de rutas logísticas más eficientes.
  • Políticas de viaje y teletrabajo más responsables.
  • Compras sostenibles (papelería, equipos, packaging…).

6. Competencias transversales “verdes”

Además del conocimiento técnico, hay soft skills verdes que marcan la diferencia:

  • Pensamiento sistémico (entender cómo se conectan economía, sociedad y medio ambiente).
  • Capacidad de influir sin imponer.
  • Comunicación clara de datos complejos.
  • Gestión del cambio en equipos que aún no ven la sostenibilidad como una prioridad.

Si trabajas en contabilidad, fiscalidad, auditoría, compliance, RRHH o dirección financiera, desarrollar estas habilidades verdes te permite traducir la sostenibilidad al lenguaje del negocio: costes, riesgos, inversión, reputación y acceso a financiación.

Los sectores que más están demandando Green Skills

Aunque la transición ecológica no afecta solo a “sectores verdes”, sí hay algunos que hoy encabezan la demanda de Green Skills:

  • Energías renovables y redes: planificación de proyectos solares o eólicos, financiación, construcción y mantenimiento.
  • Construcción y rehabilitación energética: obra nueva sostenible, rehabilitación de edificios, materiales de bajo impacto, certificaciones energéticas, edificios de consumo casi nulo.
  • Industria y manufactura: optimización de procesos, reducción de emisiones, uso eficiente de materias primas y energía, diseño de productos circulares.
  • Gestión de residuos, agua y saneamiento: recogida, tratamiento, reciclaje, valorización de residuos, depuración y reutilización de aguas.
  • Agricultura y alimentación: producción más eficiente, menor uso de recursos, reducción del desperdicio alimentario, trazabilidad y certificaciones.
  • Servicios profesionales y finanzas: consultoría ESG, auditoría, reporting, taxonomía verde, financiación sostenible, seguros y evaluación de riesgos climáticos.

Todo apunta a que el empleo en actividades ambientales y relacionadas con la economía verde está creciendo más rápido que en el resto de la economía, especialmente en energía, construcción y servicios avanzados.

En resumen: vengas de un perfil técnico, de negocio, jurídico, fiscal o contable, las green skills van a atravesar prácticamente todos los sectores.

Algunos perfiles especializados en el fomento de la capacidad empresarial

Además de los puestos más técnicos, están surgiendo perfiles cuya misión es clara: ayudar a la empresa a competir en un entorno sostenible.

Algunos ejemplos:

Responsable de Sostenibilidad / ESG Manager

Coordina la estrategia de sostenibilidad, define objetivos e indicadores, impulsa planes de acción y se asegura de que la empresa cumpla con las exigencias regulatorias y de reporting.

Especialista en eficiencia energética

Analiza consumos, identifica oportunidades de ahorro, coordina proyectos de mejora (iluminación, climatización, procesos industriales) y calcula el retorno de la inversión.

Consultor/a de economía circular

Acompaña a empresas en la revisión de sus modelos de negocio, sus cadenas de suministro y el diseño de productos, con el objetivo de reducir residuos y aprovechar mejor los recursos.

Técnico/a de huella de carbono y reporting no financiero

Calcula emisiones, elabora inventarios, coordina la verificación externa y prepara informes para administraciones, inversores y otros grupos de interés.

Responsable de compras sostenibles

Rediseña políticas de compra incorporando criterios ambientales y sociales, evalúa proveedores y negocia condiciones que impulsen prácticas sostenibles en toda la cadena de valor.

Perfiles de compliance y gestión de riesgos ambientales

Integran la sostenibilidad en matrices de riesgo, manuales de cumplimiento y sistemas de control interno, conectando la parte ambiental con el ámbito jurídico, fiscal y de buen gobierno.

Los estudios muestran que gran parte de los llamados “empleos verdes” no son completamente nuevos, sino evoluciones de puestos ya existentes (ingeniería, logística, finanzas, jurídico, RRHH…) que incorporan una capa de sostenibilidad y de competencias verdes.

Si quieres orientar tu carrera hacia perfiles con más empleabilidad en 2026, merece la pena preguntarte cómo puede ser la versión “green” de tu profesión actual.

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¿Cómo implementar las habilidades verdes en una empresa?

Desarrollar Green Skills en una organización no va de hacer “un curso y listo”. Requiere una estrategia clara y un enfoque gradual. Estos pasos pueden servir de guía:

1. Diagnosticar el punto de partida

Antes de formar a nadie, la empresa necesita saber:

  • Dónde se concentran hoy sus impactos: energía, transporte, residuos, materias primas, fiscalidad ambiental…
  • Qué exigencias regulatorias y de reporting tiene (actuales y futuras).
  • Qué capacidades verdes ya existen en la plantilla y cuáles faltan.

Muchos países y organismos recomiendan apoyarse en datos de mercado laboral y marcos de competencias para identificar estas brechas de forma sistemática.

2. Conectar sostenibilidad y estrategia de negocio

Las habilidades verdes tienen sentido cuando ayudan a:

  • Reducir costes (por ejemplo, mediante eficiencia energética).
  • Minimizar riesgos (sanciones, litigios, pérdida de clientes).
  • Acceder a nuevas oportunidades (nuevos mercados, financiación verde, licitaciones públicas).

Si la dirección no ve este vínculo, será difícil que las Green Skills se integren de forma real y no solo como discurso.

3. Diseñar un mapa de green skills por áreas

No todas las personas necesitan las mismas competencias. Es útil definir qué Green Skills son clave en cada área:

  • Operaciones y logística: consumo energético, logística sostenible, seguridad, emisiones.
  • Finanzas, fiscalidad y control de gestión: análisis de inversiones verdes, incentivos fiscales, provisiones y riesgos climáticos.
  • Comercial y marketing: propuesta de valor sostenible, comunicación responsable, evitar el greenwashing.
  • RRHH: criterios verdes en selección, evaluación del desempeño y planes de carrera.

Los informes sobre formación profesional y transición verde insisten en que estos mapas deben actualizarse con frecuencia: la tecnología y la regulación cambian muy rápido.

4. Apostar por la formación continua y el reskilling

La transición hacia una economía baja en carbono no se resuelve con un taller aislado. Es necesario:

  • Formación técnica específica para determinados perfiles.
  • Programas de reciclaje profesional (reskilling) para personas de sectores en transformación.
  • Itinerarios modulares y flexibles que permitan aprender sin dejar de trabajar.

Organismos como la OCDE y la OIT recuerdan que la clave no es solo crear nuevos puestos, sino transformar los existentes a través del desarrollo de competencias.

5. Integrar las green skills en los procesos de personas

Las empresas que van en serio con la sostenibilidad:

  • Incluyen competencias verdes en descripciones de puesto y ofertas de empleo.
  • Las consideran en las evaluaciones de desempeño y en las promociones.
  • Visibilizan y reconocen los proyectos que generan impacto positivo.

6. Medir y comunicar resultados

Implementar habilidades verdes implica medir qué cambia:

  • Consumos, emisiones y generación de residuos.
  • Ahorro de costes y mejora de eficiencia.
  • Satisfacción de clientes y capacidad para atraer talento.

Con datos sobre la mesa, queda claro que la sostenibilidad no es un adorno, sino una palanca real de competitividad.

Mirando a 2026, el mensaje es claro: las Green Skills van a diferenciar a las personas y a las empresas que se anticipan al cambio.

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