Queridos empresarios, empresas y otros contribuyentes.
En las fechas en las que nos encontramos, no paramos de hablar de la campaña de la renta de 2013, donde las novedades incluidas en la misma, y las que están por llegar para campañas de 2014 y 2015 son el centro de atención por los contribuyentes y sus asesores.
Les advierto que en junio no solo llega el IRPF, el buen tiempo y el verano, si no que tenemos una serie de obligaciones fiscales que van a requerir una previsión de tesorería bastante grande en algunos casos, y en otros, puede ser que se paguen las vacaciones.
Una vez liquidado el impuesto sobre la renta de las personas físicas y el impuesto sobre el patrimonio antes del 30 de junio, donde las rentas altas sufrirán un buen bocado en sus bolsillos, las empresas y empresarios deberán afrontar sus rutinarias obligaciones trimestrales.
Antes del 21 de julio, se deberá liquidar el IVA del segundo trimestre, donde dependiendo del caso se deberá ingresar o bien nos devolverán IVA.
No hay que olvidarse que también antes de esa fecha deberemos ingresar en hacienda las retenciones de nuestros trabajadores, profesionales con los que trabajemos, arrendadores, e incluso socios por los dividendos repartidos.
Acto seguido, viene a nuestra puerta el grande de los grandes: El impuesto sobre sociedades.
Dicho impuesto grava entre el 20 y 30% de los beneficios netos obtenidos en el período, corregido por ventajas y limitaciones fiscales y acto seguido, reducido por alguna deducción.
La buena planificación y estrategia fiscal que sigamos reducirá todo lo posible la cuota a pagar, pero si 2013 ha sido un buen año Hacienda tomará partido en los beneficios como cualquier otro socio.
Hagan sus apuestas, escojan bien su estrategia, y vayan preparando el bolsillo, porque en el segundo trimestre de la creación, Dios creó los impuestos.