Montoro anunció, la semana pasada, una nueva reforma tributaria para 2014, aunque negó que Bruselas le pidiera una subida del IVA a cambio de aumentar en dos décimas la previsión del déficit; mantuvo que este impuesto se revisará exclusivamente cuando se normalice la recaudación y la situación actual cambie.
El Ministro de Economía sí admitió que Bruselas le reclama un balance que justifique el sistema tributario español. Y añadió que fue el propio Ministerio el que pidió un informe de la situación recaudatoria del IVA.
Añadió que se está preparando documentación para reformar el sistema tributario y así favorecer el crecimiento económico, así como que pretende rebajar los impuestos a las rentas más bajas.
Con esa revisión del sistema tributario lo que se pretende es limitar el gasto fiscal en relación a la tributación directa, para limitar los tipos de IVA reducidos, y optar por otras medidas como la aplicación de impuestos medioambientales.
Lo que se pretende es incrementar los impuestos, pero no todos, sí, por ejemplo, los asociados a carburantes; además de acabar con la “economía informal” y cualquier otro trabajo que no esté declarado.
¿Sinceramente no subirán el IVA?, ¿o pasará como en la últimas elecciones, donde se decía que no se tocaría y luego fue una de las primeras medidas a aplicar?
Todas estas cuestiones dejan una puerta abierta a la incertidumbre, y nos hacen pensar si es cierto o solo una excusa más para mantener callado al país.