¿Ha oído laguna vez hablar del Ratio Sharpe en el argot de las inversiones? Si quiere saber en qué consiste, cómo calcularlo e interpretarlo, se lo cuento a continuación.
¿Qué es el Ratio Sharpe?
El Ratio Sharpe tiene como objetivo calcular el riesgo asociado a una inversión, permitiendo descubrir si la rentabilidad obtenida es proporcional al riesgo asumido.
Fue el nobel de economía William F. Sharpe quien desarrolló este ratio que muestra la rentabilidad ajustada según su riesgo adicional. De esta manera el inverso puede tomar sus decisiones dependiendo de su aversión al riesgo.
Tomando como punto de vista el ratio de Sharpe, una inversión será buena si no tiene asociada un alto nivel de riesgo adicional. En una cartera de inversiones, la que muestre un mayor Ratio Sharpe será mejor puesto que supondría un menor riesgo adicional.
En el Curso Experto Dirección Financiera y Económica que ofrece el Instituto Europeo de Asesoria Fiscal (INEAF) podrá profundizar en el análisis de las inversiones.
¿Cómo se interpreta el ratio de Sharpe?
Para poder interpretar el ratio Sharpe, se aplica la fórmula que relaciona la rentabilidad del fondo objeto de estudio, eliminando la tasa de interés sin riesgo, con la desviación estándar o volatilidad de esa rentabilidad durante el mismo periodo de tiempo.
De esta manera se obtiene numéricamente, la relación que hay entre la rentabilidad y la volatilidad histórica de un fondo de inversión.
Ratio Sharpe = Rentabilidad del fondo – tasa de interés sin riesgo (letras a tres meses) / Volatilidad histórica (desviación standard de la rentabilidad)
Un ejemplo de aplicación del Ratio Sharpe
Supongamos que un inversor está considerando dos fondos mutuos para invertir en el mercado de valores. El Fondo A tiene un rendimiento anual promedio del 10%, mientras que el Fondo B tiene un rendimiento promedio del 8%. Sin embargo, el Fondo A es más volátil, con una desviación estándar del 15%, mientras que el Fondo B tiene una desviación estándar del 10%.
Si la tasa libre de riesgo es del 3%, el cálculo del Ratio de Sharpe sería:
Para el Fondo A: (10% – 3%) / 15% = 0.47
Para el Fondo B: (8% – 3%) / 10% = 0.50
En este caso, aunque el Fondo A tiene un rendimiento más alto, el Fondo B tiene un Ratio de Sharpe más alto, lo que indica que proporciona una mejor rentabilidad ajustada al riesgo. Por lo tanto, el inversor podría preferir el Fondo B si busca maximizar la relación entre riesgo y rendimiento.
¿Qué pasa si el Ratio Sharpe es negativo?
Un Ratio Sharpe negativo vendría dado por cualquier inversión que no ofrezca mayor rentabilidad que el activo libre de riesgo. En este caso la inversión debería de ser rechazada, pero hay que tener en cuenta algunas limitaciones de este ratio.
En realidad, un ratio de Sharpe negativo lo que está expresando es que el fondo analizado ha registrado una rentabilidad menor que la del activo libre de riesgo como puede ser un depósito; la letra del tesoro, liquidez, el bono español…
Pero para tener pleno conocimiento de si el fondo ha sido gestionado de manera apropiada, se debería de llevar a cabo una comparativa con los ratios Sharpe de los competidores.
En tiempos de crisis es importante tener este factor en cuenta, ya que será en ese momento cuando se podrá valorar la pericia del gestor.
¿Qué es el modelo diagonal de Sharpe?
El modelo diagonal de Sharpe se basa en la construcción de una “línea diagonal” en un gráfico que representa el rendimiento esperado en el eje vertical y el riesgo en el eje horizontal. Esta línea representa todas las combinaciones posibles de rendimiento y riesgo para una cartera compuesta únicamente de un activo sin riesgo (como bonos del gobierno).
Las carteras eficientes se encuentran a lo largo de esta línea, y la cartera óptima se selecciona como aquella que maximiza el ratio de Sharpe, que es la pendiente de la línea diagonal. El ratio de Sharpe se calcula dividiendo el exceso de rendimiento esperado de la cartera sobre el activo libre de riesgo por la desviación estándar de la cartera.
Ejemplo del modelo diagonal de Sharpe
Supongamos que un inversor tiene una cartera diversificada que consiste en acciones, bonos y bienes raíces. El inversor quiere evaluar el desempeño de esta cartera utilizando el modelo diagonal de Sharpe. La cartera ha sido evaluada durante tres períodos de tiempo: el primer año, el segundo año y el tercer año.
Para calcular el modelo diagonal de Sharpe, el inversor necesita los retornos de la cartera para cada período de tiempo, así como las correlaciones entre esos períodos. Supongamos que los retornos anuales de la cartera son los siguientes:
Primer año: 12%
Segundo año: 8%
Tercer año: 10%
Y supongamos que las correlaciones entre los períodos son las siguientes:
Correlación entre el primer y el segundo año: 0.6
Correlación entre el primer y el tercer año: 0.4
Correlación entre el segundo y el tercer año: 0.7
Con esta información, el inversor puede calcular el modelo diagonal de Sharpe para cada período de tiempo y luego tomar un promedio ponderado de esos valores para obtener una medida compuesta del rendimiento ajustado al riesgo de la cartera a lo largo de los tres años. Este cálculo proporcionaría al inversor una comprensión más completa del desempeño de su cartera a lo largo del tiempo, teniendo en cuenta las correlaciones entre los períodos.
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