Los costos que debe asumir cualquier empresa son cada vez más altos, por ello, vamos a comentar en el presente artículo qué es el costo de almacenamiento de inventario.
En primer lugar, como concepto genérico, la palabra “coste”, según la Real Academia Española determina que se trata de “un gasto realizado para la obtención o adquisición de una cosa o de un servicio”.
Pero, ¿Cuál es el objetivo de diferenciar los costos?
En materia logística es de vital importancia reducir los costos operativos y aumentar los beneficios, lo cual implica una eficiencia en las operaciones realizadas.
¿Existen diferentes tipos de costos logísticos?
Sí, aunque no hay unanimidad al respecto sobre cuáles y cuántos son, ya que son múltiples y variados, si bien, podemos clasificarlos en tres grandes ámbitos:
- En primer lugar, debemos mencionar los costos de aprovisionamiento.
Son aquellos costos que se centran en la emisión de pedidos a proveedores, para los cuales, también se producen gastos de selección de tales bienes.
- En segundo lugar, traeremos a colación los costos ligados al transporte.
Se trata de un gran costo que debemos atender, ya que inciden múltiples factores cambiantes, y, sobre todo, si tenemos en cuenta que, en algunos de ellos no podemos incidir, como es el caso del precio del carburante.
- Y, por último, los costos asociados al almacenamiento, que son objeto del presente artículo.
¿Qué son los costos asociados al mantenimiento?
Definimos los costos de almacenamiento como aquellos que se causan al resguardar el stock de mercadería en un determinado espacio.
También el nombre de mantenimiento, posesión del stock o costos de tenencia.
Los costos de almacenamiento pueden ser fijos o variables.
Los costos asociados al mantenimiento suponen gastos de diversa naturaleza
Si suponen tantos gastos, ¿cómo podemos conseguir la eficiencia que deseamos?
En primer lugar, debemos desglosarlos para obtener una mayor comprensión, y, en segundo lugar, debemos ajustar los niveles de stock a lo estrictamente necesario.
Costo del espacio de almacenaje
En primer lugar, mencionaremos el costo del propio espacio de almacenaje.
Este es el costo que nos supondrá el edificio donde se establece el almacén.
Aquí debemos tener en cuenta si el almacén es de propiedad, si se encuentra alquilado, o si tiene cualquier tipo de financiación o garantía para la cual debamos realizar amortizaciones o inversiones periódicas o puntuales.
Debemos incluir los impuestos que estén relacionados con el edificio donde tengamos nuestro almacén, como por ejemplo el Impuesto de Bienes Inmuebles.
Asimismo, incluiremos el mantenimiento del edificio y, las cuotas de seguros suscritos.
Costos de manipulación o costos de gestión de inventario
Los costos de gestión de inventario son de vital importancia, ya que incluiremos suministros, amortización de los equipos técnicos y su financiación, y el coste del personal.
A tal respecto, los costos energéticos son de vital importancia.
Por poner un ejemplo, en caso de contar con cámaras refrigeradas éstas tienen un alto consumo, o bien, los propios sueldos y pago de seguros sociales.
Costo de infraestructura
En segundo lugar mencionaremos el costo de la propia instalación dentro del edificio.
Aquí debemos incluir aquellos que ayudan a maximizar la capacidad del almacenaje y la facilitación de las cargas.
Incluiremos las estanterías industriales, los torillos, transpaletas, transportadores o transelevadores, así como otras herramientas, como el embalaje automático.
La mayoría de estos, además, tienen una serie de reparaciones y mantenimiento (por ejemplo, combustible de transpaletas, inspección técnica…), así como tener en cuenta las posibles amortizaciones de los equipos y de los costes de alquiler de cualquiera de los anteriores bienes.
En este apartado debemos incluir también la propia gestión del almacén, lo cual, podría realizarse manualmente, si bien, lo más recomendable es realizar una inversión en un software de gestión del almacén.
Coste de mantenimiento de stock
Lo primero que debemos tener en cuenta sobre estos costos es que debemos contratar un seguro para las mercancías, el cual, variará en función de la naturaleza de ésta.
Por otra parte, también debemos contabilizar el costo del propio stock.
Ello supone que la inversión realizada se encontrará inmovilizada hasta que el stock vaya teniendo salida.
S trata de una cuantía económica que no se podrá invertir en otra partida, y, por tanto, debemos tenerla en cuenta para conseguir la eficacia que pretendemos.
Existen otros costes no evidentes
Los costes anteriores son los costos normales que debemos tener en cuenta para calcular el coste de almacenamiento, si bien, existen otros que no son tan evidentes.
A tal respecto, traemos a colación posibles daños en la mercancía, roturas de stock, descuadres en el inventario, o la obsolescencia de las mercancías almacenadas.
Se trata de una serie de costos que suelen ser propios de imprevistos, daños fortuitos o, incluso, la propia ineficiencia de los protocolos internos.
No solo debemos tener en cuenta el coste directo que puede tener la rotura de los bienes
Por poner un ejemplo, si vendemos una serie de bienes a un cliente, y estos tienen han sufrido daños por nuestra mala manipulación, no solo hay un costo económico que debemos asumir, si no que también existe un coste reputacional que es mucho más difícil de cuantificar.
También debemos mencionar aquellos que pueden surgir por la falta de existencias.
Por poner un ejemplo, uno de estos podría ser en el caso de solicitar mercancías de forma urgente, siendo el coste de envío.
Ajustes continuos
En cualquier caso, el objetivo de minimizar este tipo de costos es complejo, puesto que se trata de una situación en la que siempre debemos estar realizando ajustes.
Es posible que en un momento determinado consigamos minimizar costos, y, por otra parte, estén aumentando.
Por ello, recomendamos la lectura del siguiente artículo de Tribuna INEAF en la que comentamos nuevos métodos de aprovisionamiento para mejorar la productividad en la empresa.
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