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FISCAL

Presupuestos Generales del Estado 2014: Principales líneas de actuación y alternativas

Seguimos hablando de impuestos en INEAF, y es que con el Proyecto de Presupuestos Generales para 2014, presentado en las cortes el pasado 30 de septiembre,  se pretende continuar en la misma línea de presión fiscal para mantener el nivel recaudatorio de la administración.

El Secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre, afirma según Europa Press, que 2014 será el último año de las medidas fiscales de naturaleza “temporal”, y  asegura que se seguirá elevando la tributación efectiva de las grandes empresas, estimando unas cifras que rondarán entre el 14% y 18% según sea la cifra de negocios de las empresas.

Entiende el  Ejecutivo, que las Sociedades soportarán el gran peso de estas medidas,  y recuerda, que dichas líneas de actuación son apoyo a pequeñas empresas y autónomos, destacando medidas como el IVA de caja, deducción por reinversión de beneficios, incentivos a la I+D, e incentivos a la figura del inversor “Business Angel”.

En definitiva, el proyecto pone de manifiesto el mantenimiento del gravamen complementario en el IRPF, la recuperación del Impuesto sobre el Patrimonio y  medidas medioambientales e iniciativas fiscales que influyen en el Impuesto sobre Sociedades con el objetivo de abultar las bases imponibles de grandes empresas.

Podemos afirmar, que los Presupuestos Generales del Estado 2014 seguirán una línea conservadora de ajuste y austeridad del gasto público, seguida de una serie de medidas fiscales.

Este modelo de recuperación, pretende sostener el nivel de recaudación, y debido al efecto positivo de esta  en 2012 y 2013 (como analizamos en “Los efectos de las reformas fiscales en la recaudación tributaria”) se quiere asegurar un año más el saneamiento de las arcas públicas.

La intención del gobierno es esperar, recaudar, sanear, y volver a inyectar dinero en la economía.

En mi opinión y si EE.UU llega a un acuerdo fiscal en las negociaciones en el congreso y  no generaliza otra crisis mundial (crucemos los dedos), probablemente salgamos poco a poco de la presente crisis, pero aun así, se están pagando precios muy altos.

Hay que comprender que el gasto público debe ajustarse si no hay dinero, pero claro, se debe ajustar en unas áreas, más que en otras. Un ajuste de tuercas a los funcionarios públicos se entiende, pero es que ahora mismo, dicha tuerca tiene la rosca más que corrida. No me cansaré de decirlo, y es la enésima vez que afirmo en mis artículos que no podemos desmotivar y desincentivar de esta manera a médicos, profesores y otros cargos públicos,  que se encargan de servir al ciudadano medio, mientras sindicatos y partidos políticos se llenan los bolsillos con subvenciones para mantener una asociación que debería ser autosuficiente.

Por otro lado, se está ejerciendo una presión fiscal desmedida en todos los impuestos de nuestro sistema tributario.

“Recorte del gasto público básico, y fuerte presión fiscal”

Entiendo  la subida en impuestos progresivos como el IRPF o el Impuesto sobre Sociedades, que debido precisamente a su naturaleza progresiva, hace que la tributación efectiva de las grandes fortunas sea la que más contribuya a las arcas, (siempre y cuando no haya fraude fiscal), y entiendo también la subida del IVA, debido a que es un impuesto que armoniza la tributación del consumo en Europa, y si la tributación media europea  crece, debe crecer en España.

Pero, aun entendiendo esto y no queriendo hacer demagogia criticando el efecto destructivo que para muchas familias tiene, quiero ofrecer una alternativa, que por lo menos,  es de viabilidad considerable  ya que me molesto en entender, no estar de acuerdo, y ofrecer una alternativa en lugar de criticar por criticar.

1.- En primer  lugar, congelación del gasto público excesivo, sin tocar los servicios básicos que en nuestro estado de bienestar son necesarios (seguridad social, educación y empleo). Me refiero a la supresión de gastos como he dicho antes de subvenciones a sindicatos y partidos políticos, a la eliminación de cargos políticos de gobierno local, autonómico y estatal innecesarios, y por supuesto un control de gestión y viabilidad de los presupuestos destinados a las comunidades autónomas y municipios, para que canalicen bien sus fondos, para destinarlos  a los servicios públicos de primera necesidad, y no a campos de golf, comilonas para atraer votos, cajas de puros y tramas de fraude como los ERE en Andalucía.

2.- Subida del IRPF, para hacer tributar a las grandes fortunas, estableciendo un sistema de mínimos personales y familiares, que favorezca a las pequeñas rentas para no soportar el efecto impositivo de esta subida, aunque dicho efecto en algunos casos lo elimine simplemente la naturaleza progresiva del propio impuesto.

3.- Diversificar el tipo impositivo de IVA. Mantener el tipo superreducido en todos los bienes de primera necesidad (compra, material escolar…) y bajar la tributación del IVA de las viviendas al 4% (y no subirlo al 10%) y poder dar salida al ladrillo tóxico, para que así sea más accesible la vivienda, y los bancos puedan sanear sus cuentas sin que se les tenga que rescatar. En otros productos si se debería subir el tipo para una mayor recaudación, pero de esta manera serían las grandes y medias fortunas las que soportarían la subida impositiva debido a que las pequeñas cubrirían sus necesidades al tipo superreducido.

4.- Bajada  del tipo del Impuesto sobre Sociedades, lo cual atraería inversores. Esto haría tributar grandes economías en nuestro país, subiendo la recaudación por dicho impuesto, y generando empleo debido a la conglomeración de empresas establecidas en el país por este incentivo.

5.- Por último y no tan importante como las cuatro medidas anteriores, y siendo una medida un poco ambigua, ampliar el cuerpo superior de inspectores de hacienda y el de técnicos, para ir con todo y luchar contra el fraude fiscal de una manera implacable con la que poder recaudar todo lo que no se declara.

No obstante, estas son alternativas parecidas o diferentes a otras muchas que pretenden dar solución a un problema del cual no se puede adivinar la respuesta, pero que da a entender dos situaciones bien determinadas pero con una reacción por parte de los ciudadanos desconocida.

Estas dos situaciones son precisamente, la postura conservadora de ajustarse en todo, subir los impuestos y recaudar más y más (la del gobierno actual), o la postura dinámica, de arriesgar una bajada de impuestos cuyo resultado lógico podría ser una recaudación mayor, pero que puede ocasionar un agujero aún más grande si se obtiene la respuesta equivocada.

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