El perfil de asesor que las empresas demandan a la hora de contratar a los profesionales de sus departamentos jurídicos, contables o fiscales ha ido cambiando en el tiempo. En la actualidad, las empresas buscan profesionales responsables, versátiles y con alta capacidad resolutiva, y no solo capaces de enfrentarse a constantes retos jurídicos y técnicos, sino también de implicarse en el negocio. Además, deben poseer unas importantes competencias y habilidades no técnicas.
El trabajo de un asesor fiscal se caracteriza por estar muy cerca de la realidad empresarial. Así, se hace imprescindible una formación continua permanente; la legislación se modifica a un rito vertiginoso, que hace que incluso haya que anticiparse a los cambios normativos para establecer cualquier estrategia fiscal. Por otra parte, no solo de conocimientos fiscales se nutre el asesor, sino que la formación en materia contable, laboral, financiera o jurídica es imprescindible. También es muy valorado el trabajo en equipo, los idiomas y un alto conocimiento informático.
De esta forma, la labor del experto en Derecho Fiscal es muy valorada en el mercado laboral, al estar obligadas las empresas a cumplir con multitud de obligaciones y a diseñar una política fiscal eficiente.
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