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A pesar del aumento de la presión fiscal establecido progresivamente por el Gobierno durante los últimos meses, la Comisión Europea considera las reformas insuficientes y propone una serie de nuevas medidas que lleven a España a cumplir con los objetivos de reducción del déficit en 2015 (4,2%) y en 2016 (2,8%).
En su informe anual publicado estos días, la Comisión Europea propone “una reforma completa” con cambios significativos en impuestos como el IVA y aquellos relacionados con el deterioro del medioambiente, además de cambios en materia laboral.
En cuanto a las medidas sobre el sistema impositivo cabe destacar las siguientes:
– Aumento de los impuestos que gravan el consumo (sobretodo el IVA).
– Reclasificación de los bienes gravados en el IVA por un tipo reducido (10%) al tipo general (21%).
– Aumento también de los impuestos que gravan operaciones relacionadas con el deterioro del medioambiente (aludiendo claramente al impuesto sobre los carburantes).
– Aumento del tipo efectivo del impuesto de sociedades para las grandes multinacionales.
– Eliminación de “gastos ineficientes” en la recaudación del IVA y del IRPF (la Comisión Europea lleva ya tiempo manifestando su interés por la eliminación de la deducción por adquisición de vivienda con carácter retroactivo).
En referencia al mercado laboral, las modificaciones propuestas por la Comisión también son dignas de ser comentadas:
– Reducción en las cotizaciones a la Seguridad Social, sobretodo en empleados con salarios reducidos.
– Reducción del número de tipos de contratos.
– Mejora de las políticas activas del mercado de trabajo (incluyendo las bonificaciones ofrecidas por la contratación).
Haciendo un repaso a estas medidas y con una profunda reforma fiscal pendiente de aprobar, conviene remarcar la contradicción de las propuestas europeas con las intenciones actuales del Gobierno. Aunque en materia laboral sí son coherentes y tienen unas intenciones en la misma trayectoria, en materia fiscal ciertas propuestas chocan con las medidas propuestas por los expertos en el famoso informe Lagares; sobre todo en lo referente al Impuesto sobre sociedades (mientras que el informe recomienda una reducción de los tipos, la Comisión Europea propone un aumento de éstos para las grandes multinacionales).
Además, habiendo escuchado recientemente la negativa del Gobierno ante la posibilidad de subir nuevamente el IVA y visto que las anteriores subidas sólo han conseguido reducir considerablemente el consumo y la recaudación fiscal… ¿qué debe hacer? ¿Seguir confiando en el leve crecimiento del consumo y de la economía sin aumentar el IVA y haciendo caso omiso a las propuestas de la Comisión? O por el contrario, ¿debe seguir las recomendaciones formuladas por Europa y aumentar la carga fiscal con las consecuencias que puede conllevar? Señores, hagan sus apuestas…
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