Probablemente, nuestros lectores, recientemente hayan escuchado la noticia del cambio que se va a producir en las llamadas balanzas fiscales. Veamos en qué consiste este instrumento, cual es su finalidad, y los nuevos cambios que se vaticinan.
La balanza fiscal es un instrumento de información económica que imputa territorialmente los ingresos y gastos del sector público en un periodo de tiempo y calcula el saldo fiscal resultante en cada periodo. El método de cálculo de esta balanza, hasta ahora, se ha realizado de dos formas diferentes.
Uno de ellos es el llamado sistema flujo monetario, en el que los ingresos tributarios se asignan donde se produce el hecho imponible y el gasto público se asigna al territorio donde se realiza.
Por otro lado está el modelo de carga-beneficio, en el que los ingresos se imputan en el territorio donde residen las personas que soportan la carga tributaria y los gastos se imputan en la comunidad en que viven las personas que gozan de los servicios públicos.
De esta manera, si la balanza muestra un saldo negativo, significa que los habitantes de un determinado territorio han aportado más de lo que reciben. Así, las Comunidades Autónomas con mayor renta per cápita son las que tienen déficit fiscal, que es lo que cabe esperar de un sistema fiscal progresivo y de correcta redistribución de la renta a través del gasto público.
Pues bien, este sistema utilizado hasta ahora, al parecer, va a sufrir modificaciones. El nuevo método utilizado para elaborar las ahora llamadas “Cuentas Públicas regionalizadas”, se presentará en unos días. Esta nueva forma de cálculo, basada igualmente en el enfoque de carga-beneficio, ha sido diseñada por expertos (Ángel de la Fuente, investigador del CSIC, Ramón Barberán, de la Universidad de Zaragoza y Ezequiel Uriel, de la Universidad de Valencia) e intentará detallar la determinación de qué gasto tiene importancia a efectos de la equidad territorial. Por tanto, ofrecerá información más útil.
Este nuevo sistema, ya está provocando disputas entre las Comunidades Autónomas y más concretamente con Cataluña, pues son partidarios del sistema flujo monetario y no por el de carga-beneficio. Además, Artur Mass, alega que uno de los expertos en modelar este nuevo sistema, Ángel de la Fuente, investigador del CSIC, se muestra contrario a los discursos de la Generalitat..
Según nuestro ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, con las Cuentas Públicas regionalizadas, se pretende “superar” las limitaciones de las antiguas balanzas, ya que estaban “trasladando ideas a los ciudadanos que eran utilizadas por partidos y periodistas para activar el independentismo”
Como vemos, tanto si hablamos de las ya desfasadas Balanzas fiscales como de las nuevas Cuentas Públicas regionalizadas, lo triste, es que se utilizan, y se seguirán utilizando, como beneficio propio, como un mecanismo de defensa y ataque de las comunidades.
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