Ayer se presentó en Madrid el estudio Paying Taxes 2013, elaborado por PwC y el Banco Mundial. En él se analiza el sistema fiscal de 185 países, cuyo resultado ha arrojado cifras preocupantes en cuanto a las estrategias fiscales de las empresas.
En el caso de las empresas españolas, los impuestos y cotizaciones equivalen al 38,7% de sus ingresos netos. Si tomamos como referencia el año 2006, éstos ascendían al 61,8 %.
En especial, es llamativo que el Impuesto sobre Sociedades, que en España se aplica al 30% (salvo PYMES, al 25%), sólo haya supuesto el 1,2% durante 2012. Según la Agencia Tributaria, esto se ha conseguido gracias a una estrategia de “ingeniería fiscal”, que será el objetivo a controlar de la Oficina Nacional de Fiscalidad, cuya entrada en vigor está prevista para el mes de Enero.
Las prioridades de dicha oficina se centrarán, sobre todo, en evitar que las multinacionales reduzcan su tributación mediante operaciones vinculadas, situación que se viene dando en las empresas denominadas “punto com”.
Estas pautas tratarán de evitar casos como el de Microsoft Ibérica o Google, tras la cual pesa una reclamación de la Hacienda francesa por los ingresos recibidos en el país galo. La deuda asciende a 1.700 millones de euros.