Desde hace décadas, el arraigo al territorio de los trabajadores españoles ha sido un impedimento para su movilidad laboral. Influían la adquisición de una vivienda en propiedad (tan fomentada por los sucesivos gobiernos), la formación de una familia y la escolarización de los hijos.
“España es uno de los países de la Eurozona con mayor movilidad laboral”
Actualmente, nos toca vivir una etapa de crisis en la que el paro y el empeoramiento de condiciones laborales están presentes en el día a día, y que nos obligan a buscar otros “horizontes” para desarrollarnos profesionalmente.
Esta circunstancia ha ocasionado que España se convierta en uno de los países con mayor movilidad laboral de la Unión Europea, según un estudio elaborado por Randstad. En este informe, España aparece entre los tres primeros países en lo que a movilidad laboral se refiere. La parte negativa de este dato es que esta movilidad no es –en muchos casos- buscada, sino impuesta por la situación.
Efectivamente, los españoles, sobre todo los más jóvenes sin cargas familiares ni propiedades, salen en orden de preferencia a Europa, países de habla inglesa y, finalmente, a economías emergentes como China, Brasil o Rusia, a encontrar un trabajo donde desarrollar su carrera profesional.
Esta situación debe hacernos reflexionar sobre el estado laboral en España hace 10 años, cuando se consideraba un país “importador de trabajadores”, donde la inmigración era vital para la realización de aquellos trabajos que los propios españoles no realizaban y ahora ansían realizar por tener un empleo digno. Actualmente España “exporta trabajadores”en busca de desarrollar su carrera en el extranjero.
Por otro lado, en términos nacionales, los españoles que no tienen las cargas anteriormente comentadas, tienen mayor predisposición a cambiar de empleo debido a la ambición profesional, búsqueda de mejores condiciones de trabajo, reorganizaciones y fusiones de compañías y oportunidades laborales que ofrecen otras comunidades autónomas.
Según datos de migraciones interiores del INE, en 2012 se produjeron más de 583.695 movimientos migratorios interprovinciales. Queda de manifiesto que los españoles salen de las comunidades con mayor índice de paro, como Andalucía, a otras con menor índice.
En resumen, los españoles tiene ciertas necesidades laborales que nuestro país no está cubriendo, o bien ciertas comunidades autónomas no lo consiguen ofrecer, por lo que no les queda más remedio que acudir a otras provincias, otras comunidades autónomas, otros países e incluso otros continentes en los puedan satisfacer estas necesidades.