El número de afiliados extranjeros a la Seguridad Social supera el millón y medio

Número afiliados extranjeros seguridad social - INEAF

El sueño español ha llegado a su fin para los trabajadores extranjeros. Así lo reflejan los datos de afiliación de inmigrantes a la Seguridad Social que, a pesar del aumento registrado, 7.746 personas este mes -que representa un crecimiento del 0,49% respecto a febrero-, presenta una evolución interanual negativa –con un retroceso del 5,12%, frente a la caída del 4,27% del conjunto del sistema.Número afiliados extranjeros seguridad social - INEAF

Estos datos son más dramáticos aún si pensamos que, en general, los inmigrantes no cuentan con el apoyo de sus familiares, como es el caso de los desempleados españoles (lo que, por otra parte, permite mantener la agitación social en niveles manejables, a pesar de las altas cifras de paro).

No en todas las comunidades descienden los afiliados extranjeros: Baleares y Andalucía son las comunidades que registran el mayor incremento intermensual, el 6,78% y el 2,75%, respectivamente.

El balance general de marzo refleja que del total de extranjeros afiliados, que en estos momentos es de 1.604.138, una gran parte proceden de fuera de la Unión Europea, concretamente 998.657 trabajadores. El resto, 605.481 personas, proceden de países comunitarios.

“Los inmigrantes no cuentan con el apoyo de sus familiares

Cataluña continua siendo la Comunidad Autónoma con mayor número de afiliados extranjeros, con 351.605 trabajadores (21,92%), seguida de la Comunidad de Madrid, con 346.495 (21,60%); Andalucía, con 211.338 (13,17%); y la Comunidad Valenciana, con 170.164 (10,61%).

Esto puede resultar perjudicial para España a largo plazo: la inmigración estaba ayudando a resolver,  en parte, el problema de la pirámide poblacional, sustituyendo con la inmigración la baja natalidad de los ciudadanos españoles. Si no se remedia, y si no mejora la situación laboral en España, el país estará condenado a vivir un problema que ya sufren otros países como, por ejemplo, Japón, donde una menguada población activa tiene que mantener a una alta población pasiva.

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