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El Tribunal Supremo desechó, el pasado mes de abril, un recurso contra la nulidad del ERE de Talleres López Gallego, ya que la empresa no facilitó suficiente información -en la memoria económica- justificante de la regularización de empleo.
La historia del despido colectivo de Talleres López Gallego comienza 11 días después de que se aprobara la Reforma Laboral. El expediente, de 21 de febrero de 2013, trataba de prescindir de toda la plantilla, 30 personas, aunque en la primera Sentencia del caso el número de trabajadores era de 28.
La compañía argumenta causas económicas para justificar su decisión, pero la voluntad de negociación por parte de la empresa no es considerada real, ya que no ofreció nada diferente durante el período de negociaciones, argumento que empleó el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
Esta sentencia es la primera del Supremo después de que se aprobara la última reforma laboral, que facilita los despidos colectivos al anular la autorización administrativa de los ERE y define, como causa económica, la caída de facturación durante tres trimestres consecutivos. Para “compensar” esta decisión el Ministerio de Empleo estableció altas exigencias de documentación y negociación.
Ahora, la empresa deberá readmitir a los trabajadores y decidir si solicita un nuevo ERE o solicita extinguir la relación laboral, ya que el pasado diciembre se declaró en concurso de acreedores y, probablemente, irá a liquidación.
La Sentencia del Tribunal supone “un jarro de agua fría” para los empresarios, que ven como esta primera decisión del Supremo mantiene la tónica de los TSJ y Audiencia Nacional y tumba los ERE, con lo que los expertos consideran que la reforma laboral ha fallado en los tribunales, lo que también preocupa a la Comisión Europea.
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