El Senado aprobó el pasado viernes la Ley reguladora del Factor de Sostenibilidad y el Índice de Revalorización del Sistema de Pensiones de la Seguridad Social la cual recoge importantes cambios en el sistema de pensiones. Aunque esta Ley todavía debe volver al Congreso para su aprobación final, ya se conocen las principales modificaciones, algunas de ellas entrarán en vigor a partir del 1 de enero de 2014.
Veamos qué es eso del Factor de Sostenibilidad y el índice de Revalorización del Sistema de Pensiones y sus modificaciones.
El Factor de Sostenibilidad calcula las prestaciones iniciales teniendo en cuenta algunos factores personales del contribuyente. Al conjunto de factores (parámetros) que actualmente se usan para determinar la cuantía de la prestación de jubilación para el cálculo de las prestaciones, tales como edad de retiro, número de años cotizados, cantidades aportadas, etc, se le suma un nuevo coeficiente que relaciona la esperanza de vida del pensionista en el momento de cumplir 67 años. Este coeficiente se revisará cada cinco años en función de la esperanza de vida. De esta manera, cuanto más crezcan la esperanza de vida, más recortada se verá la pensión inicial de los nuevos jubilados a partir de 2019, siempre y cuando no se aporte más al sistema. Según los expertos, por la inclusión de este nuevo factor, se podrían recortar las prestaciones en un 5% nominal cada diez años o si la base media de cotización del sistema, es decir los ingresos, aumentara por encima del 5% en ese mismo periodo, la pensión real aumentará.
Por otro lado, el Factor de Revalorización, aquél que actualiza las pensiones cada año, también se ve afectado en esta nueva Ley. Hasta ahora, las pensiones se actualizan cada año en función de la inflación del mes de noviembre. Con la inclusión de esta nueva Ley, la fórmula para calcular la evolución de las pensiones, además de tener en cuenta la inflación, se añaden otros factores como la diferencia entre ingresos y gastos de la Seguridad Social, el crecimiento en el número de pensiones contributivas, la variación interanual de la cuantía de la pensión media por el efecto sustitución (la diferencia entre las pensiones que causan baja y las nuevas que entran en el sistema cada año). Esta fórmula tendrá en cuenta también, la velocidad de ajuste, número de años en los que cada Gobierno podrá trasladar el esfuerzo presupuestario, dependiendo de si hay déficit o superávit. Esta nueva fórmula por tanto, puede arrojar un porcentaje positivo o negativo. Aun así se establece una horquilla de manera que las pensiones deberán subir como mínimo un 0,25% cada año y no podrán superar una subida igual al IPC del año anterior más un 0,5%. Por tanto se impide que los Gobiernos bajen o congelen las pensiones aunque tampoco garantiza el mantenimiento del poder adquisitivo, ya que puede darse el caso de que este factor de revalorización sea inferior a la inflación anual. Es por ello, que se evaluará cada cinco años la suficiencia de las prestaciones y del poder adquisitivo de las personas.
Adicionalmente, se creará una “Autoridad Fiscal Independiente”, organismo adscrito al Ministerio de Hacienda formado por expertos autónomos, que evaluarán cada año si los indicadores utilizados en la fórmula matemática que determina este factor de revalorización son los adecuados.
Se prevé por tanto que con esta última medida supondrá un ahorro para el sistema de Seguridad Social de 12.540 millones de euros hasta 2018 y el ahorro total estimado de toda la reforma es de 33.000 millones de euros hasta 2019.
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