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Día a día somos más dependientes de las redes sociales, tanto Twitter como Facebook son plataformas donde los internautas se muestran en la medida en la que ellos deciden hacerlo. Vivimos en Internet y por lo tanto también delinquimos en internet. Por eso, nuestro ordenamiento jurídico en tanto en cuanto necesita 
proteger la dignidad de las personas, se ve obligado a regular la libertad de expresión de estos internautas, porque no olvidemos que nuestros derechos terminan donde empiezan los de los demás.
Las injurias y calumnias se regulan en nuestro Código Penal en los artículos 205 a 216. Hemos de hacer una apreciación, ya que en muchas ocasiones se confunden estos delitos. La conducta que se tipifica en el delito de calumnias es la imputación falsa de un delito, mientras que en el delito de injuria lo que se castiga es la lesión de la dignidad de otra persona con cualquier acción o expresión.
Las injurias y calumnias en Twitter
Las injurias y calumnias publicadas en Twitter tienen una repercusión mayor ya que la red no tiene límites, de esta manera, el hecho de utilizar Twitter para verter opiniones que puedan resultar lesivas, supone un agravante.
Por otro lado, Twitter se posiciona como un medio de prueba eficaz y a través de la red social es muy fácil demostrar lo publicado en la red.
Un extremo muy interesante a tener en cuenta es el atenuante de publicar un tweet y retirarlo al poco tiempo. Con esta actitud se entiende que la persona se retracta, por lo que la pena sería inferior en grado pero ¿es igual la repercusión de un tweet de una persona influyente que el de una persona que pasa desapercibida?
La posición de la Justicia Española
Nuestra justicia es una de las más severas a la hora de castigar injurias y calumnias que se manifiestan en Twitter. España y Reino Unido son los países más estrictos con los twiteros más provocadores. Sin embargo Estados Unidos se considera como una de las más liberales, siendo consideradas las opiniones vertidas en redes sociales como twitter solo eso, opiniones.
Uno de los casos que más se comentan es el de una twitera española que ha sido condenada no solo por injurias sino también por amenazas al publicar su opinión en menos de 140 caracteres: “Prometo tatuarme la cara de quien le pegue un tiro en la nuca a Rajoy y otro a De Guindos”. Su pena asciende a un año de cárcel y a siete de inhabilitación absoluta.
Conflicto de derechos
Al comentar situaciones como a la que nos venimos refiriendo, vuelve a resurgir un eterno debate, el del conflicto de derechos. Cuando estamos ante dos titulares de derechos cabe preguntarse dónde empieza el derecho de uno y termina el de otro.
¿Dónde acaba la libertad de expresión y dónde empieza la dignidad y el derecho a la propia imagen?
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