La inversión en SICAV alcanza récords históricos en España – Tribuna INEAF

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23/03/2015

Las inversiones están de regreso a España, aunque la recaudación tributaria por ellas sea prácticamente inexistente. En 2014 se disparó la creación de nuevas SICAV, sociedades de inversión colectiva cuyos beneficios tributan sólo al 1% bajo la condición de mantener los fondos. En 2013 ya se registró un incremento del 13% y el año pasado se llegaron a constituir 221 SICAV, casi el doble de las registradas el año anterior.sicav - INEAF

En lo que va de 2015, la tendencia parece mantenerse ya que sólo durante el mes de enero, y atendiendo a los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, se crearon ocho sociedades de este tipo. En total, a finales de 2014 había registradas unas 3.228 SICAV, registrándose un incremento del 6% respecto al año anterior.

Estas sociedades no sólo han crecido en número, también se ha visto fervientemente incrementado el patrimonio conjunto que gestionan, llegando a récords históricos en 2014: se llegó a gestionar un capital conjunto de 32.339 millones de euros, un 18% más que en 2013. Incremento más que notable que podemos visualizar con mayor rotundidad si observamos los datos de 2012, año marcado por la elevada prima de riesgo y los altos índices de fuga de capitales de España: el patrimonio conjunto de las SICAV alcanzaba solamente los 23.800 millones de euros (casi 10.000 millones de euros menos que en 2014).

Las SICAV, aunque en un principio cumplen con los requerimientos legales definidos por la Agencia Tributaria, llevan unos años estando en el punto de mira de los inspectores de Hacienda ya que están consideradas como una de las fuentes principales de elusión fiscal. Como ya se ha comentado anteriormente, los beneficios originados por las SICAV tributan al 1%, igual que los fondos de inversión. Si tenemos en cuenta que las plusvalías de los accionistas tributan al 20%, 22% y 24% según el importe, la inversión en SICAV se convierte en un gran incentivo para aquellos que quieran invertir grandes importes y tener una menor carga fiscal.

El problema viene cuando se crea una SICAV con una serie de irregularidades. Por una parte, aunque el número mínimo de inversores colectivos debe ser de 100 personas, bien es sabido que en numerosas ocasiones se trata de alcanzar este mínimo para simplemente pasar el expediente. De hecho, no es poco frecuente encontrar a un inversor con un patrimonio de magnitudes importantes que crea una SICAV para gestionarlo y consigue otros “falsos” inversores para llegar al mínimo exigido por ley que en realidad no tienen ninguna capacidad de decisión en la misma.

Si además de estas posibles irregularidades, tenemos en cuenta que la competencia de inspección de este tipo de entidades ya no está en manos de la Agencia Tributaria, sino que son funciones de la CNMV, las SICAV se han convertido en un gran agujero negro para Hacienda difícil de controlar y, en consecuencia, un gran atractivo para inversores con grandes patrimonios con intención de eludir impuestos o, por lo menos, de reducir su carga fiscal.

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